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EN la única ciudad andaluza de más de 200.000 habitantes donde gobierna el PSOE con mayoría absoluta, aún se mantiene abierto el debate sobre la candidatura socialista para la Alcaldía en las municipales. Pilar Sánchez lleva meses pidiendo al partido que se zanje una cuestión que le debilita, pero ni ella, ni mucho menos sus delegados -los leales y los críticos con su gestión- saben a estas alturas qué les deparará el destino. Petronila Guerrero y Marta Meléndez, por citar dos ejemplos, sí se podrán ir de vacaciones con la tranquilidad de haber sido proclamadas como candidatas del PSOE para 2011 en Huelva y Cádiz, respectivamente. Sánchez no, y tendrá que esperar a septiembre. A pesar de afirmar sentirse tranquila sobre este particular, ella es la primera que no entiende a qué espera el partido para lanzarle un claro gesto de respaldo y confianza en público. Claro que es muy difícil cuando aún el secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, está por realizar una visita oficial a Jerez. Ella fue a su encuentro sin éxito cuando Griñán visitó el parque natural de Los Toruños. Hasta allí se desplazó recientemente buscando el guiño perfecto, un simple comentario del líder que dejase claro que no tiene de qué preocuparse. También lo persiguió este jueves, durante el comité provincial, cuando felicitó a Meléndez en busca de la complicidad de los que allí estaban presentes. De nada le sirvió confesarse la más griñanista y zapaterista del planeta. El líder provincial del PSOE, González Cabaña, habló de lo divino y lo humano pero fue como si no existiera Jerez. Sólo le recordó a Sánchez que nadie en el PSOE provincial es más zapaterista y griñanista que él. No ofreció su aliento a la alcaldesa y esto se interpretó como la confirmación de la enorme brecha existente entre ambos. Con los críticos de su equipo de gobierno tampoco han cambiado las tornas. Horas antes, a mediodía, se cruzó con ellos en la Venta Esteban como si jugaran en equipos diferentes, almorzando por separado antes de acudir al comité. Y al día siguiente, todos analizaron escépticos cada frase durante la visita de Griñán a Cádiz para respaldar a Marta Meléndez. Los socialistas jerezanos orientaron sus parabólicas para no perderse un detalle. Pero nada dijo de Sánchez en su discurso. Eso sí, reiteró con nulo entusiasmo y a pregunta concreta de un periodista que a los alcaldes sólo los quita el pueblo. Su mensaje no sirvió ni a Sánchez ni a sus adversarios. Ella dejó patente el viernes que quiere un acto de proclamación "con todos los avíos" y los críticos vinieron a decir que si tan claro lo tiene Griñán, entonces, ¿a qué espera para enterrar cualquier atisbo de duda? Hasta que esto no suceda, los díscolos no perderán la esperanza de que el partido busque una alternativa a Sánchez. Y hasta ver qué pasa, nadie gana, ni la alcaldesa, ni los críticos, y menos la ciudad. Sólo la oposición.
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