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El pinsapar
DESDE la época de los cuarterones, no ya desde la época de la penicilina que traían de allí para casos extremos, cuando la inventaron, porque aquí no había; digo que desde siempre se ha sabido que Gibraltar vivía de eso, del contrabando. Ahora nos vamos a rasgar las vestiduras porque han venido unos señores de la Unión Europea y han dado la de cal y la de arena: las inhumanas colas de entrada y salida del Peñón… y el daño que se ocasiona a la Hacienda española con el contrabando de tabaco. Algo es algo toda vez que no sé el porcentaje de daño que el tabaco de Gibraltar causa a la Hacienda española en comparación con otras materias, que puede que mucho más, muchísimo más.
Todos los veranos, Gibraltar. Es recurrente. Conservo un viejo artículo que escribí en Diario 16 hace 30 años, lo titulé La chinita en el zapato. Iba de Gibraltar. Es como el porcentaje de iberismo que hay en Portugal, también de diario de verano. Cuando se estaba más cortito, no había estas guerras terribles que nos ponen en los telediarios o las fotos estremecedoras de niñas cristianas degolladas por islamistas en Irak.
Pero ya no me lo creo. Es así. No me creo esto de los observadores de la UE que dicen lo que saben hasta los gatos de la Atunara. Porque el tabaco de Gibraltar da muchos jornales a los linenses sin otra cosa que llevarse a la boca. Es un porcentaje relativamente pequeño de lo que se mueve allí. Más que nada porque si fuera todo a expensas de Londres (para entendernos) haría mucho tiempo que el gobierno británico habría negociado con el Reino de España su devolución, la devolución de aquella rapiña, vestigio de un pasado imperial. La Royal Navy tendría Rota a su disposición en cualquier escenario, porque tanto el Reino Unido de la Gran Bretaña como el Reino de España son aliados, forman parte del mundo libre.
Siendo mucho, el tabaco no debe representar ni el 10 por ciento de la economía del Peñón. La pesca, infinitamente menos. Llenar el depósito de combustible de un mercante en la cercanía del puerto da mucho más dinero. Y ni considerar el flujo de capitales, el lavadero que debe ser aquello. Por eso Cameron mira para otro lado y alguien dirá a Picardo de su parte que no joda. La alternativa es que la plaza sea sanguijuela del Tesoro y hasta ahí se podía llegar.
Llegaron para decir lo que todos sabíamos, qué bien. Ahora la UE debería enviar a los hombres de negro que saben de números. Y que dijeran…
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Gracias, Errejón