José Luis Zarzana Palma

Ofrenda de versos para La Merced

La Merced te necesita

TIENE nuestro pueblo una cierta tendencia natural a intentar poetizar todo aquello cuanto ama o quiere. Los versos rimados, está desmostrado, pueden mover a las multitudes. Por ello es absolutamente lógico que estos sean dedicados a las advocaciones por las que este pueblo sienta especial devoción, inspirado por un fervor que supera los siglos en muchas ocasiones.

Es por lo tanto naturalmente lógico, que nuestra Patrona, la Santísima Virgen de la Merced, haya sido la musa destinataria de tantas y tantas composiciones a lo largo de sus mas de siete siglos junto a nosotros, y que fueron escritas por las más diferentes plumas.

No haremos referencia a todas ellas, pero sí a algunas de las nacidas durante la segunda mitad del reciente Siglo XX, para lo que comenzaremos recordando el Pregón que tuvo lugar en el Teatro Villamarta con motivo de su Coronación Canónica, y que pronunciara el inolvidable Francisco Montero Galvache. En el que decía en uno de sus sonetos, al que titulaba Casa Real de la Merced: "Del cimiento a la torre está, Señora, / todo tu templo en salves macizado./ Piedra de santidad está labrado/ por la oración que a tu finura adora./ Del Suelo a la campana, Mediadora, tu templo está en tu Gracia reclinado". La cita en estos momentos bien nos vale para llamar la atención sobre el delicado estado arquitectónico en el que se encuentra y para el que se nos viene pidiendo colaboración. ¿Se la vamos a negar?

También el portuense, tan cercano a Jerez por su sincera amistad, Francisco del Castillo Tellería, hombre de devociones sinceras y profundas, utilizó el endasílabo, y con su finura poética decía: "¿Puedo pasar, Señora…?. Soy del Puerto,/ y en un verso te traigo mi "te quiero",/ que sabe a sal, a mar y a azul estero, / y una vara de nardo de mi huerto"./ Entra sin miedo alguno… Que a mi lado / he de poner tu verso, cual si fuera/ de Jerez beso ardiente y delicado".

También anduvo por las sendas del soneto mi entrañable amigo, el abogado, poeta y novelista de éxito Juan Pedro Cosano Alarcón, quien le describía a la Virgen los clásicos nardos con los que se la exorna: "Los nardos son los rezos verticales / que Jerez, Merced, en tu Paso ofrenda, / porque el mundo sepa y el cielo entienda / cuanto amor derrocha por Ti a raudales./ Los nardos son rosarios celestiales / que perfuman el aire de tu senda. / Son, Merced, canción, letanía y prenda,/ olor de estío en noches otoñales".

Francisco Fernández García-Figueras, tantos años presidente de la Real Academia de San Dionisio, tampoco fue ajeno a esta manera de honrar a nuestra Celestial Patrona jerezana, y apoyándose en su devota jerezanía, profundiza en lo mas hondo de sus sentimientos cuando escribe: "En cada corazón hay una pena / que tan solo la ahuyenta una alegría, / por eso soy tu esclavo, Madre mía, / cautivo soy de tu verdad morena. / Que no hay gota de sangre de mis venas, / ni siete siglos de jerezanía / que no te traigan un Ave María / a Ti, Madre, que estas de Gracia llena".

Y cómo no, Antonio Gallardo, tan rico de versos, tan gallardamente jerezano, tan Cayo Real allá donde los haya y tan delicadamente amoroso con nuestra Patrona, le ofrendó un 24 de septiembre allá por los años setenta, lo siguiente: "Dios te salve, María, soberana y morena, / que de un tronco de olivo has tomado el color……" para continuar diciendo: " Dios te salve, María, Celestial Navegante, / que eres copla flamenca; Gracia pura de España; / tu hermosura se mece en los mares del Cante / con un firme equilibrio, entre el Polo y la Caña./ Dios te salve, María, Bálsamo del Consuelo, / que has sabido ser Reina, con humilde altivez / ¡Sigue siempre reinando en la Gloria del Cielo, / como sigues reinando para siempre en Jerez !".

No podía faltar en esta selección de ofrendas en verso a nuestra Patrona, la cita del romance titulado Merced mi Negra Paloma, que le ofreciera el gran poeta neo-popular que fuera José González Moreno, 'Pepillo'. Aquel al que negaron el nombramiento de Pregonero de la Semana Santa, cuando siempre fue Pregón vivo de la Pasión Jerezana, autor de cientos de letras de saetas y fiel hermano cargador del Nazareno. Así le escribió a la Patrona tan singular personaje jerezano, que gozó tanto de libertad, como de admiración de aquellos que le conocimos: " De la gárgola al reducto / se estremece Santiago / cuando pasas en tu día / casi despenitenciando / todo el jolgorio de un Miércoles / y un luto de Viernes Santo. / Jerez, de nuevo en Septiembre / vuelve a hacerse mariano / porque una Virgen mistérica / de perfiles bronceados / -todo subido en moreno- / le ofreció su Patronazgo".

Enrique V. de Mora, tan conocedor de la Filosofía del Derecho, como de los resortes populares que embriagan a los jerezanos, tampoco es ajeno a estas ofrendas y en su Romance a María Santísima de la Merced encontramos: "Hay un mensaje de siglos / en los muros del Alcázar / que a la historia da tu nombre / de redentora de almas. / Merced de todos los días / Merced de todas las ansias: / eres de Jerez, Señora, / el corazón y la entraña".

Y porque obtener la misericordia de sus Mercedes es todo un sueño para cualquier jerezano, hace algún tiempo escribí un poema en espinelas titulado 'Soñando con tu Merced', que terminaba con la siguiente: "También te sueña Jerez / con el nardo y su fragancia, / en la sublime elegancia / que adorna tu sencillez. / Patrona y Madre a la vez / de la alegría y la pena. / Merced, tu nombre resuena / a regazo protector, / Jerez encuentra el amor / en tu figura morena".

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