Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
Crónicas levantiscas
Los aficionados al territorio del Estrecho, esa franja que va desde Estepona a Cádiz, sabrán que una leve modificación de la orientación del viento convierten al Levante y al Terral, los vientos malditos, en un fresquito Sur. Basta con que el aire llegue del mar. Eso es lo que está a punto de suceder en el PSOE andaluz, o que ya ha ocurrido, Susana Díaz no tiene la mayoría, ni le respaldan los secretarios provinciales de Jaén, Huelva y Granada ni, probablemente, la de Cádiz, la última en incorporarse. Otra cosa es que deseen verla perder, que casi nadie quiere.
La líder del PSOE gaditano, Irene García, sanluqueña por lo demás, lleva varios meses que no sabe a qué viento apuntarse, pero como algunos de sus allegados ha comentado -Susana, ni yo queriendo, ganas las primarias en Cádiz- la perdida del poder en la Junta es inexorable. Y si por ello no bastase, no hay una encuesta que apunte a un escenario posible de recuperación del Gobierno andaluz. Tanto, que la almendra del susanismo festeja algunas encuestas en las que los tres partidos de la derecha suman sólo por el hecho de que el PSOE sea el primero.
Susana Díaz tampoco tiene apoyos en la dirección federal, no es sólo Adriana Lastra la que ha patrocinado la posible candidatura de Felipe Sicilia, es que Ábalos se ha convencido de que la sevillana no tiene el control del partido en Andalucía. Ábalos está en la operación, como el resto de la Ejecutiva, pero no quiere derrotados, aún creen que es posible una operación tranquila, pero masiva, de renovación en el socialismo andaluz.
Susana Díaz está presa de la ensoñación de su victoria, pero habrá un día en que cambie de opinión, y lo hará de una vez, de sopetón, llorará y se recompondrá, porque ella es así.
Pero el cambio en el liderazgo socialista, que se producirá a lo largo de este 2021, no le asegura a este partido las opciones de una vuelta al Gobierno andaluz. Juanma Moreno está ampliando la base electoral del PP andaluz, Ciudadanos caerá pero no desaparecerá y Vox se mantendrá casi en los mismos niveles de apoyo que la vez anterior, pero los socialistas no pueden renunciar a recomponer su oferta de gobierno por mucho que algunos sean conscientes de que su paso por la oposición se prolongará por más de una legislatura. El PSOE no debería preocuparse tanto por sus primos de la izquierda y por sus líos con Teresa Rodríguez, sino por cuál es su futuro en una Andalucía que no es ni de la Escuredo ni la de Borbolla ni, en buena parte, la de Manuel Chaves. La plantilla, el cliché de trabajo es el que necesita una buena renovación.
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