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Mikel Lejarza
Toulouse
CATAVINO DE PAPEL
CON el deseo de que el Arte Flamenco sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se organizó el pasado lunes, por la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, un concierto de Paco de Lucía en el Teatro Real madrileño. Nunca habíamos visto tantos políticos en un espectáculo del género. Como por orden de antigüedad, allí estaban Escuredo, Chaves y Griñán, jerifaltes de la Junta de Andalucía cada uno en su momento, junto a un buen número de políticos autonómicos, más las ministras Aido, González-Sinde y Jiménez, así como el portavoz del Gobierno José Antonio Alonso. Y con ellos figuras del flamenco invitadas: Fosforito, Merche Esmeralda, Sara Baras, Tomatito, El Cigala, Gerardo Núñez, Carmen Cortés… O sea, público de más lustre no se puede reunir mediante invitaciones, viajes y hotel incluidos.
Francisco Sánchez Gómez (Algeciras, 19479), Paco de Lucía de nombre artístico por origen familiar, se reveló como figura de la guitarra flamenca en el Concurso de Arte Flamenco celebrado en Jerez de la Frontera, en 1962, junto a su hermano el cantaor Pepe de Lucía, ambos bajo el nombre artístico de Los Chiquitos de Algeciras, vistiendo pantalones cortos dada su edad. El jurado tuvo que crear un premio especial para ellos. El compañero Juan de la Plata y quien suscribe fuimos los encargados de darles paso al escenario del Teatro Villamarta. Inmediatamente grabaron un disco y alcanzaron gran popularidad. Paco de Lucía alternaba el acompañamiento del cante con sus conciertos, y en 1968 obtuvo el Premio del Concurso de Arte flamenco de Córdoba, que supuso su consagración, revalorizada en 1970, al serle concedido el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología jerezana. Seguidamente su trayectoria ha sido rutilante, convirtiéndose en el artista flamenco más internacional de la historia.
En el Teatro Real, ya había ofrecido Paco de Lucía su arte en 1975 y 1986. Y puede decirse que con Paco de Lucía la guitarra flamenca tiene históricamente un antes y un después, llegando a su cenit. Poseedor de una ejecución dinámica y turbadora, ha conseguido interesar y cautivar a los públicos más heterogéneos, abriendo con su virtuosismo, con su toque vorágine y brillantísimo, sin dejar de ser jondo, un camino insospechado a la guitarra flamenca de concierto. En el que hoy nos ocupa, dentro de la Campaña Flamenco Soy de la Junta de Andalucía, el artista algecireño puso una vez más de relieve las cualidades apuntadas, con la particularidad de que a sus cualidades interpretativas y creativas le añade la experiencia, configurando un recital pleno de sorpresas, ofreciendo diversas versiones de los estilos festeros, especialmente de las bulerías. Las ovaciones fueron clamorosas, compartiéndolas el genial guitarrista con su excelente elenco. ¿Una efeméride flamenca para la historia?
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