Juan Manuel Salguero Salguero

Pasodoble ‘El Jerezano’

08 de octubre 2022 - 20:10

Falleció Jerezano. - Lave” Con esta frase recibe la Casa Domecq un cablegrama el 08 de octubre de 1912. Dos días antes, Manuel Lara El Jerezano, toreaba en la plaza mejicana de Nopalapán, cuando el cuarto toro de la tarde golpeó al torero a gran altura. Ingresa en la enfermería con fuertes dolores en el vientre, produciéndole una peritonitis que le provocó la muerte.

Manuel Lara nace en Jerez el 8 de diciembre de 1867. Hijo del novillero Luis Lara El Gato y sobrino del torero José Lara Chicorro. Comienza su andadura taurina en el matadero de la ciudad toreando las reses que estaban destinadas al sacrificio. Será el 15 de agosto de 1890, cuando Manuel Lara, entonces apodado El Gato, debute como novillero junto a Lobito y Potoco en la Plaza de Toros de Jerez. Después de cosechar triunfos por las plazas españolas, el 15 de agosto del año siguiente debuta en Madrid. El torero alcanza su máxima popularidad entre los años 94 al 97. Quizás por ello, Joaquín Gené Guilleument, director de la Banda del Hospicio de Jerez en aquellos años, le dedica un pasodoble titulado El Jerezano, compuesto en 1894 y estrenado curiosamente un 15 de agosto de ese mismo año en la Alameda Vieja, según recoge José David Guillén Monje en su libro La música académica en Jerez de la Frontera en la segunda mitad del siglo XIX.

Después de graves cogidas como la recibida en Jerez también un 15 de agosto pero de 1895, Manuel Lara toma la alternativa en Barcelona el 29 de octubre de 1899 de la mano de su tío Chicorro. Ya como matador de toros no tuvo la misma fortuna y sus apariciones en plazas españolas fueron disminuyendo cada vez más. Por el contrario, a partir de 1905 comienza a torear durante los inviernos por plazas mejicanas, hasta la fecha de su muerte. Sus restos llegaron a Cádiz un 22 de diciembre a bordo del trasatlántico Buenos Aires y seguidamente fueron trasladados a Jerez, donde lo esperaba una multitud. Un coche fúnebre tirado por cuatro caballos los condujo hasta el antiguo Cementerio de Santo Domingo.

Del pasodoble dedicado nada se sabe, hasta que el 3 de enero de 1933 se publica en el diario El Guadalete una petición por parte de Don Braulio, seudónimo de D. Rafael Pozo Roldán, para que la Banda Municipal de Jerez interprete el pasodoble El Jerezano, durante el homenaje que se iba a celebrar al conocido cantaor flamenco D. Antonio Chacón. Tal petición tuvo respuesta del insigne músico D. Germán Álvarez Beigbeder por el mismo medio, “Siento no poder complacer al que por conducto de mi querido amigo D. Braulio, y desde las columnas de El Guadalete pide oír en esa fiesta el pasodoble El Jerezano, pues lo he procurado en el archivo de la Banda del Hospicio y no existe y editado no está, si llega casualmente a mi poder, se arreglará, y lo ejecutará la Banda en la primera ocasión”.

Y esa ocasión tuvo lugar el 11 de febrero de 1933, en los actos de la proclamación de la I República Española, cuando la Banda Municipal de Jerez, bajo la dirección de D. Germán Álvarez Beigbeder interpreta el pasodoble El Jerezano.

Pero, ¿cómo le llegó el pasodoble a D. Germán? Según la carta abierta que D. Braulio publica en El Guadalete, fue un anciano jardinero el que le hace llegar a D. Germán “en trozo de papel de barba una copia para fliscorno del pasacalle”. En efecto, a D. Germán le llega una particella, que no la partitura completa, de la voz de fliscorno. Cabe aclarar que una partitura contiene las voces de todos los instrumentos de una obra, mientras que la particella es solo la voz que toca un instrumentista en concreto, en este caso el fliscorno. D. Germán llevó a cabo la reinstrumentación del pasodoble sin tener una grabación o referencia sonora. A partir de aquella particella, tuvo que escribir las demás voces de instrumentos, flauta, clarinetes, saxos, trompetas, trombones, tuba, percusión, etc., hasta completar la partitura. A pesar de que D. Germán en esos años cuenta con una gran madurez compositiva, no introduce aspectos compositivos de su propia cosecha en el pasodoble, sino que lo reinstrumenta tratando de ser lo más fiel posible a la estética del pasodoble torero. Para ello emplea una armonía tonal y funcional, uso frecuente de la consonancia, patrones rítmicos fijos y un ámbito sonoro compacto y reducido. No es la primera vez que D. Germán lleva a cabo esta empresa, ya que son numerosas las transcripciones y rearmonizaciones de obras orquestales adaptadas a bandas de música, con la que cuenta su catálogo musical y todo ello con el objetivo pedagógico de acercar la música “culta” al pueblo.

Actualmente, no existen grabaciones del pasodoble El Jerezano, pero el próximo día 16 de octubre se podrá escuchar de nuevo a cargo de la Banda Municipal de Jerez, que lo interpretará en su habitual concierto dominical en la Alameda del Banco.

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