Alejandro Daroca

'Puente' para reflexionar

Desde la Castellana

05 de junio 2015 - 01:00

ESTAS festividades que nos ofrece el calendario sirven más para el descanso que para poner la vida en orden. Escapadas de las grandes ciudades hacia playas, pueblos y sierras deberían servir para respirar, tomar aire y retomar las fuerzas que a lo largo de las semanas se han ido gastando o simplemente agotando con la rutina de los días y las jornadas de trabajo. Claro que a los políticos, en estos momentos, mas les valiera tener cerca al gurú de turno para indicarles cuáles deben ser las decisiones oportunas a tomar en los próximos días sin temor a equivocarse y acertar con ellas para un mejor planteamiento a largo a plazo. Aunque dadas las circunstancias, el largo plazo solo es cuestión de meses -entre noviembre y enero- que serán las fechas en las que el Gobierno decida convocar elecciones generales. Y ahí están, echándole alpiste a los periódicos y a los informativos para tratar de que los opositores, que son todos los demás menos uno mismo, traten de morder el anzuelo y llevarse algo a la canasta.

Menudo lío tiene este país tras las elecciones de hace un par de semanas. Rajoy dijo algo y a las pocas horas rectificó y parece que promete cambios en el Gobierno o en el PP. Los mas listillos ya le han cortado la cabeza a Wert, a Montoro o a Soria si no se atreven a mirar al partido y ya ven sin sitio a Dolores de Cospedal que hasta hace unos días era la semi-diosa que todo lo podía, desde Castilla-La Mancha hasta los sillones de la calle Génova. No sé si es el momento para que Mariano cambie -tendría que cambiar a menos personas y más de mentalidad- pero parece que este sería la carnada del anzuelo de algunos pactos. La situación de los populares es delicada, porque aún ganando las elecciones, se pueden quedar a verlas venir en comunidades y alcaldías. Como le va a pasar a Esperanza Aguirre en Madrid, por su arrogancia y capacidad para poner a todos los demás en un mismo frente de batalla, mientras que la Cifuentes -cenicienta de la Aguirre- puede acabar sentada en el sillón de la Comunidad. Y Madrid es solo un pequeño atisbo de lo que puede acabar pasando en el resto de España.

Hay quien dice que merece la pena arriesgar. Y eso le llaman a darle poder en la mayor parte de las plazas a los de Podemos y sus aliados y dejarles unos meses gobernar para ver cómo se estrellan y cabrean al personal. Mala prueba, decía Pérez Rubalcaba con quien tuve la oportunidad de comer la semana pasada. El hombre, con ese grado de experiencia y mala leche que le caracteriza, nos decía que este país llamado España no se puede permitir este tipo de experimentos en momentos tan delicados como los que vivimos porque truncarían las expectativas de recuperación que asoman en España, aunque esta recuperación no se la adjudicara al Gobierno del PP, sino a la coyuntura internacional (ya se sabe, valoración del dólar y el euro, capacidad de exportación, normativas del BCE, mercados de trabajo temporales y precarios, y un largo etcétera). Y, sobre todo, tras el voto que este partido le ha dado a Bildu para gobernar Pamplona.

Dice el Diario que los andaluces preferirían que los socialistas y Susana Díaz gobernara en solitario en Andalucía (parece más que probable que el PP se va a abstener para posibilitar esta solución) y que Mamen Sánchez se va a entrevistar con IU y Ganemos para tratar de alcanzar un gobierno estable en la ciudad de Jerez. Ya digo, que mi consejo es tratar de descansar en estos días y cuando esté usted en la sombrilla, relajado, mirando el mar y se le cruce una señora de esas que llaman como Dios manda, no se fije usted en ella. Recupere la memoria y se trae a la retina la imagen de Pablo Iglesias, con su coleta y sus discursos y con la novia imputada por tráfico de influencias y malversación de caudales públicos. Y así se va haciendo una idea de lo que nos espera.

darocabruno@gmail.com

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