Juan Manuel Marqués Perales

Rajoy tiene relato

Crónica levantisca

03 de abril 2015 - 01:00

EL PP se siente perdido después de estas elecciones andaluzas que han sido un aterrizaje forzoso sobre la realidad, y es que, según Pitágoras, los emergentes suben en la medida en que bajan los descendentes. O al revés. El juanmarrazo del 22-M vino seguido de una reunión en Génova donde se evidenció el problema de este partido para afrontar las elecciones generales: la cobardía. Sí, las dos terceras partes de los barones se pusieron malitos de la barriga, popó pipí, papá mamá, y faltaron a la reunión. Rajoy los ha convocado a todos ellos, y a muchos más, el próximo martes, 600 personas en una junta que se presupone poco ejecutiva y menos deliberativa, pero que el presidente debería aprovechar para zarandearlos y dejarse de plasmas.

Los solemnizadores de lo obvio sostienen que al PP le falla la política de comunicación o el mensaje. Puede que lo primero, Cospedal se quemó de tanta correa y Floriano, pues la verdad y sin insultar, es que hay expresiones faciales poco convincentes. ¿Y el mensaje? Lo tiene, pero debe defenderlo con gallardía. Y con insistencia. El mensaje del PP no puede ser otro que el de la recuperación, Rajoy cuenta con su relato, salvó a España de la intervención, de una rebaja del 30% de las pensiones, tomó un país a la deriva que hoy está creciendo al 3%, comienza a crear empleo, sorteó con pachorra y con visitas a Andorra la fiebre independentista y, con la legitimidad del que ha resistido, puede pedir otros cuatro años "para volver a sentirnos orgullosos de ser españoles". Habrá electores a los que no gustará, opositores que lo rebatirán con cifras, pero es un mensaje que se sostiene, no es que sea verdad pero tampoco mentira.

La política está inventada. Rajoy sólo debe repetir palabras como recuperación y estabilidad. ¿Les suena? Yo o el caos. Y a todo esto, le añadiría un poco de pimienta. En su última legislatura, asediado por los casos de corrupción, Felipe González fichó a Garzón, que es como si Susana Díaz hubiese llevado de número tres por Sevilla a la juez Alaya. La pimienta puede ser un nuevo secretario general porque María Dolores de Cospedal debe dedicarse en cuerpo y alma a Castilla-La Mancha, nombrar a Alonso vicepresidente o romper los esquemas de todos los partidos y proponer un cambio de la ley electoral para que las listas sean abiertas. Esto es llevar la iniciativa, lo demás son reliquias: cada vez que el PP ataca al PSOE por el caso de los ERE, el de Bárcenas es devuelto como un bumerán a beneficio de los emergentes. Y otra condición: hay que disculparse, por la Gürtel y porque hay recortes que parecen haberse hecho con saña.

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