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En diciembre de 1961, Luis Cernuda dio una lectura de poemas en San Francisco. Una actriz muy buena, Beatrice Manley, leyó los poemas en inglés, y después Cernuda los leyó en español. La grabación está disponible en el archivo online del Poetry Center de San Francisco. Busquen “Luis Cernuda: December 6, 1961” y podrán escucharla. Antes de leer, Cernuda va presentando los poemas en inglés y, contra la opinión general –y lo que él mismo decía–, lo habla bastante bien. Pero esto no es lo importante. Lo importante es que, al final de la lectura, un antiguo combatiente de las Brigadas Internacionales se acercó a saludar a Cernuda. Aquel encuentro conmovió al poeta. En una carta a un amigo suyo, Cernuda comentó así el encuentro con aquel desconocido (por desgracia no sabemos quién era): “No era de esos energúmenos de la política, sino que lo vi como un hombre que quería luchar por sus ideales. No importa cómo veamos hoy todo aquello; lo único que cuenta es el valor y la fe que algunos, como este hombre, pusieron en España entonces”. Poco después, Cernuda escribió uno de sus más grandes poemas, 1936, inspirándose en aquel encuentro con el antiguo soldado de las Brigadas Internacionales. “Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,/ cuando asqueados de la bajeza humana,/ cuando iracundos de la dureza humana:/ este hombre solo, este acto solo, esta fe sola./ Recuérdalo tú y recuérdalo a otros”.
Ayer fue un buen día para acordarse de ese poema, justo cuando muchos de los que dicen ser herederos de las ideas de aquel hombre que fue a saludar a Cernuda perpetraron uno de los actos más cobardes que hemos conocido contra lo que queda –que es muy poco– de la nación española. Ya sé que a la gente todo eso le importa tres pepinos y que lo único que nos mueve son las paguitas y los quinquenios y escurrir el bulto. Faltaría más. Y también sabemos que la ultraderecha está comportándose de forma bochornosa y estamos viviendo una situación muy delicada. Pero eso no impide que el mayor mentiroso que hemos conocido en estos tiempos se haya hecho con el poder a cambio de uno de los engaños más repugnantes que hemos vivido. Ayer, el responsable de todo esto fue investido presidente del Gobierno. Sin valor y sin fe. Rodeado de lameculos. Y todo gracias a una formidable exhibición de bajeza humana. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.
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