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Mi querida Sanlúcar de Barrameda: te escribo esta carta con la misma franqueza con la que les digo la verdad a mis hijos. Nadie en el mundo, nadie, quiere a mis hijos más que yo, y por lo tanto su bien. Así que como una madre a sus hijos me voy a sincerar con algo que me duele decirte, que te va a doler escuchar pero la intención es que sea para mejorar. De todos los países que existen en el mundo, y cada uno con incontables destinos tentadores, elegí hace treinta años que Sanlúcar de Barrameda era mi rincón en el mundo en el que tengo mi trocito de río, mi trocito de mar, mi trocito de cielo, mis estrellas, mi sol y toda su riqueza humana. Mi relación con los sanluqueños es familiar por lo que me siento sanluqueña . Llevo años esperando que quienes te gobiernan, te mimen, te hagan brillar y te respeten. Pero, te están maltratando. Nadie entiende cómo te ubicaron la depuradora en plena urbanización como castigo para los inversores cuyos vecinos generan crecimiento económico pero que desde hace décadas tragan, permanentemente, el hedor de los residuos fecales dentro de sus hogares. La irracionalidad de la gestión del Ayuntamiento llegó a colocar, en plena playa, la desembocadura de los tubos de la depuradora. Todas las aguas fecales se vomitan a la altura de la meta de las carreras de caballos donde los peces carroñeros se alimentan de mierda y la gente pesca. Otro año más los vecinos convivimos con otra plaga de ratas que campan hasta en el interior de las viviendas y que este año se han comido el cable de la fibra óptica cuyo arreglo y coste corrió gracias a una vecina particular. La cobertura aún es paupérrima en pleno siglo XXI. Hay culebras por la playa y las urbanizaciones. El Ayuntamiento no limpia los caminos donde muchos usuarios tiran todo lo que ingieren al suelo. Te encuentras servilletas de papel con los que se limpian después de tener sexo mirando el atardecer. Una vecina se encarga de limpiar parte del camino por el que los operarios de la limpieza no han pasado en años. Una vecina puso dos papeleras que robaron. Los contenedores se ubican al libre albedrío y siempre están desbordados de bolsas de basura. Mi querida Sanlúcar de Barrameda. Nos hipnotizas con tu belleza pero, te diré una cosa con absoluta franqueza ya que tienes un problema endémico: tú no eres sucia, lo que pasa es que te ensucian y no te quieren limpiar. Te animo a que denuncies este maltrato y que luches por tu dignidad.
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