Marco Antonio Velo
De Valencia a Jerez: Iván Duart, el rey de las paellas
La Crestería
Jerez/El pasado viernes, por iniciativa de la Fundación Cajasol, tuvo lugar en el teatro ubicado donde estaba la antigua Facultad de Derecho un coloquio dentro de los actos que está organizando esta institución bajo el nombre de ‘Tramos de Cuaresma’.
El debate estuvo centrado en la Semana Santa después de la pandemia. Un tema sugerente que, conjugado con el cartel anunciado, no defraudó a los cofrades que asistieron al acto.
La mesa reunió a cofrades sevillanos como Carlos Navarro Antolín, Joaquín de la Peña y Charo Padilla, junto a jerezanos como José Manuel García Cordero y Jaime Sánchez.
Sevilla y Jerez siempre han vivido unidas por un mismo fervor en los días de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Está claro que Jerez es hija de Sevilla si se tiene en cuenta que pertenecimos hasta hace dos telediarios a la Archidiócesis Hispalense. El idioma es el mismo y la visión de las hermandades muy parecido.
Jerez no sería lo mismo sin la influencia de Sevilla y Sevilla muchas veces se ve en el espejo de Jerez porque se recuerda a sí misma hace unos años cuando ver cofradías a pie de calle era posible sin tener que morir en el intento.
El hermanamiento cofrade entre estas dos grandes ciudades continúa afortunadamente y va para largo. Sevilla es la madre que ya ha dejado de la mano a su hija y Jerez es esa niña guapa que se ha independizado sin perder la perspectiva de dónde viene y cuáles fueron sus orígenes. Un motor que cuando funciona conjuntamente es una maravilla. El pasado viernes lo pudimos comprobar gracias a este acto que Cajasol organiza cada Cuaresma.
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