
Línea de Fondo
Santiago Cordero
Apagón en Chapín
E L Diccionario de la Lengua Española, define al que tiene "talento", en una de sus acepciones, como: "Persona muy inteligente o destacada en alguna ciencia o actividad". La misma obra, especifica el significado del vocablo "talante": "Actitud de una persona o estado de ánimo ante una determinada situación"
Los españoles tenemos un presidente de Gobierno -él dice que "de todos los españoles", aunque demuestra, día tras día, que no es así- que, por triste desgracia, no cuenta en su haber con ninguna de las dos cualidades.
"Talento", es algo que Zapatero desconoce, hasta en sus más livianas modalidades. Creo, que aunque se esforzase en alcanzar, aunque fuese una mínima dosis de tan escasa y necesaria condición, sería absolutamente en vano.
Si existe una circunstancia que delata, sin lugar a dudas, que el talento forma parte de la condición de una persona, esta circunstancia no es otra que el saber aprender de los inevitables errores que todos -inteligentes y necios- cometemos. El hecho diferencial, y sustancial, es que unos saben rectificar, tratando de no volver a tropezar con la misma piedra; y los otros, se empecinan, cual pollinos tras la zanahoria que les "obliga" a dar vueltas y más vueltas tirando de la noria, en continuar por la senda equivocada. Lo único que cambian es que, si en un principio caminaban por la vereda equivocada, andando, ahora lo hacen corriendo.
Por lo que al "talante" se refiere, Zapatero ha hecho famosa esta palabra a fuerza de haberla desgastado de tanto usarla. Pero es que cuando él la utiliza, siempre lo hace de modo genérico: "hay que tener talante", como si el "tener talante" implicase que éste es afable, conciliador, dialogante o comprensivo; cuando, si no se le coloca el correspondiente adjetivo calificativo, el talante también puede ser áspero, discordante, excluyente o intransigente.
Resulta que se reunieron, empresarios y sindicatos, en "mesa para el diálogo social", con el Gobierno de la nación como intermediario moderador. Pues bien, las propuestas que presentaron los empresarios para terminar con el demencial aumento del desempleo, reducir la cifra de más de cuatro millones de parados y, a la vez, crear riqueza para que empresas y trabajadores se puedan beneficiar de una situación radicalmente opuesta a la que ahora tenemos; no fueron aceptadas por los sindicatos que, a su vez, presentaron otras que no convencieron, en absoluto, a los empresarios.
Zapatero y su "troupe", en lugar de intentar pulir desacuerdos, limar diferencias y acercar posturas -papel de cualquier moderador y obligación de cualquier gobierno responsable, dada la trascendencia del asunto en cuestión y las deplorables consecuencias de una falta de acuerdo-; no es que "coja por la calle de en medio", es que amenaza a una de las partes -en este caso al máximo representante de los empresarios-: "No te olvides que yo soy el presidente del Gobierno, si no cedes legislo".Rompe el diálogo y se vende a la otra parte -en este caso, los sindicatos-.
En lugar de defender, como es su obligación, los intereses de los españoles -de "todos", ahora sí, los españoles- aunque sus decisiones fuesen impopulares, prefiere elaborar un "decretazo" -actitud "muy dialogante", por cierto-, un "decretazo" que nada arregla, pero que contenta a quien más votos le pueden facilitar. Y lo hace, a pesar de que esta extemporánea, arbitraria e injusta decisión, pueda suponer un desastre aún mayor para la maltrecha economía española. A él le da igual, es el poder lo único que guía su penosa conducta política.
Poco más hay que decir. Este país, España, me desespera por días. Sus políticos me decepcionan, por su pasmosa incapacidad. Sus ciudadanos, la mayoría, me sorprenden por su reiterada estupidez. Los sindicalistas, la mayoría, me desilusionan por su maquiavélico egoísmo y su torticera insolidaridad. Las Instituciones, me irritan por su exasperante ineficiencia. La falta de talento, me preocupa por su imparable expansión y, en cuanto al "talante", me hace llorar , por el absoluto desconocimiento global de su significado
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