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El pinsapar
En los 70 leí su La República. La Era de Franco. Cuando se legalizó el Partido Comunista, del que era dirigente clandestino, lo vi en una foto junto a Carrillo, Semprún, Ignacio Gallego, Antoni Gutiérrez, Jordi Solé Tura, Jaime Ballesteros, Pilar Bravo, Nicolás Sartorius, Manuel Azcárate… La dirección comunista había logrado la normalidad, la salida de la clandestinidad (y de la cárcel), la conquista de la política fuera de la revolución y la guerra revolucionaria. Por la paz de los españoles no sólo votaron la Constitución de 1978 sino que apoyaron a los otros partidos que cerraron ese acuerdo fundamental. Y al Rey Juan Carlos I. Fue algo insólito. Ahora se pretende dinamitar ese edificio del que muchos no supieron entonces que tendría tan hondos cimientos. Pues bien, uno de aquellos actores principales, Ramón Tamames, se ha prestado gustoso a una maniobra política de Vox que pretende a diestra y siniestra crearse un espacio definitivo para llegar al gobierno de España, de alguna manera. Socavando al PP y erosionando en todo lo posible al PSOE. Curiosa trayectoria la del que fue primer teniente de alcalde de Tierno Galván en el Ayuntamiento de Madrid, y que ha venido teniendo una presencia constante en la tribuna de opinión del espacio que compartimos los españoles. Del PCE al CDS e Izquierda Unida para prestarse a encabezar la moción de censura a Pedro Sánchez. Cuando ha cumplido la edad de 90 años. Una historia que es más literatura que cosa alguna. Por lo insólito y sorprendente. Porque ¿va a ser "correa de transmisión" de Vox en el estrado de las Cortes españolas? Parece difícil de comprender. ¿Se trata de algo personal, resentimiento, patriotismo constitucional, alarma por la situación de España, cercana a un abismo? Esta historia excéntrica no me la pienso perder. Tamames encabeza una moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez. Para tomar nota, digo Pedro Sánchez, de lo que se está generando en la sociedad española, que hasta toma en un triunfo el que el Rey de Marruecos le haya hecho "un feo" al presidente del Gobierno de España. Y lo de Tamames, que es muy fuerte. Vamos, el colmo. Pues bien, así estamos. Feijóo no dice nada, digo a los españoles. Debe estar preguntándose por las mimbres de esta cosa que más se parece a un esperpento que al desarrollo de un día patriótico, un día importante para la Nación, el día en que puede cambiar su gobierno. Y Tamames al frente de la manifestación, Tamames pastoreando a la muchedumbre de Vox. No me duele confesarlo aquí: no entiendo nada. Me pasa cada día más y con más cosas. Pero esto es demasiado, ¿no?
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