Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Crónica personal
Los barómetros del CIS de Tezanos tienen muy poca credibilidad, la cocina de Tezanos merecería ser analizada en MasterChef y sólo los socialistas muy pata negra dan saltos de alegría cuando los tienen delante. El resto de los mortales bromean con sus pronósticos o se dejan llevar por el escepticismo. Por tanto, es noticia que el barómetro de ahora señale que el PP gana casi 3 puntos a nivel nacional respecto al mes anterior y que Podemos crece un punto mientras que PSOE y Vox apenas crecen una décima. Cs sigue bajando y, de momento, no hay nadie que lo remedie. Parece que Tezanos empieza a aceptar que Sánchez pierde fuelle… o quizá director del CIS se ha cansado de las bromas y los memes y dedica menos tiempo a la cocina y más a aceptar las indicaciones de los profesionales del organismo que dirige.
Lo que para el CIS es nuevo, era sin embargo bastante evidente para el común de los mortales que sólo se orientan por lo que les dice la nariz: que el PP remonta algo, aunque está lejos de las cifras que permiten gobernar, y que la gente está harta de algunas barbaridades del Gobierno de coalición. Las económicas, desde luego, pero también las sociales.
Parece como si a Sánchez se le hubiera acabado su suerte, su karma. Hace cinco años, recorriendo España con un viejo Peugeot y con la ayuda incondicional de media docena de leales, Ábalos, Sumelzo, Lastra, Robles, Calvo, De Celis y poco más, ganó las primarias con prácticamente todo el partido en contra; a continuación, con la ayuda inestimable de Iván Redondo, consiguió también ganar las elecciones. En este caso, con la ayuda inestimable de Casado, que no ha sabido potenciar el PP desde que ganó las primarias. Y también gobierna Sánchez con algo que no ocurre con otros dirigentes políticos: no le importa nada mentir ni engañar a sus votantes, así que creó una coalición con quien dijo que jamás se coaligaría y pactó con partidos independentistas y Bildu.
Sánchez cree a su amigo y compañero Tezanos, y éste le acaba de poner en su sitio. El PP ha pegado un subidón este mes que Sánchez ha dedicado a medirse cuerpo a cuerpo con Ayuso; por otra parte la madrileña tira del carro del PP gracias entre otras cosas a ese cuerpo a cuerpo con el presidente de gobierno. Además, la gente empieza a estar muy preocupada, muy angustiada, por cuestiones tan esenciales como las dinerarias, y hasta ahora los gobiernos de izquierdas nunca han destacado por resolver los problemas económicos de los españoles.
Los barómetros del CIS, como siempre, hay que cogerlos con pinzas. Pero éste tiene su aquel.
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