Línea de Fondo
Santiago Cordero
Xerecismo
Su propio afán
He de preparar la presentación del pregón taurino que dará el poeta e ingeniero José María Jurado en el Círculo de Labradores de Sevilla en la misma jornada de reflexión, el 27 de abril. Eso me da un plus de legitimidad para la gamberrada que me propongo. Voy a resarcirme del tiempo que me llevará pensar esas palabras cortando y pegando aquí un análisis suyo sobre las tendencias de voto.
No es sólo una cuestión de do ut des ni de quid pro quo, como habrán adivinado. Es mi seguridad de que ustedes saldrán ganando con su texto, tan claro como sugerente. Les dejo, pues, con don José María Jurado:
«Los mítines de Abascal en los palacios de deportes me recuerdan, por el entusiasmo de la afluencia a los de Felipe en el 82, yo ya tenía 8 años y los viví en primera persona televisiva.
Cualquiera que haya estudiado un poco de estadística sabe que el dato más determinante no es la predicción, sino la tendencia. La tendencia es lo que más influye en los indecisos y explica las victorias de Obama, Trump o la debacle de Susana en Sevilla.
Porque bastará que salga un día soleado o nublado para que el votante socialista se quede en casa, total lo mismo debe darle que gobierne la derecha catalana que la derecha españolista. Pero en el caso de los otros partidos no sucede así: Podemos va a la baja y su electorado está KO, Ciudadanos ha alcanzado su tope por la izquierda y es bastante probable que mucho del voto socialista caiga aquí para evitar que «el país» caiga en manos de Torra.
En cuanto al PP, estos son realmente los votantes indecisos, los que saldrán seguro a votar, pero hasta el último minuto, importante pues el efecto de la tendencia, no se decidirán por el PP o Vox. Nunca se han presentado tres partidos de derecha, tres de Bertín, de manera que es imprevisible el resultado porque la abstención de las derechas, ahora desactivada, no es conocida en profundidad.
Los sociólogos saben que asegurar la victoria del líder es la forma de evitar el cambio de voto, por eso Tezanos insiste: si anunciara la debacle sería peor. A cambio se fomenta la abstención: nadie se cree ya el que viene la derecha, porque Torra y Otegui copan los dos extremos.
Así que salvo la clásica irrupción española de algún efecto no deseado en campaña, auguro un importante desastre para Pedro Sánchez. Aunque, siendo honesto, lo más correcto es decir que se lo deseo. Es lo único que puede salvar al PSOE».
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