La esquina
José Aguilar
Una querella por la sanidad
J uan Luis es el nombre por el que todos lo llaman
U no que afirma ser vasco, aunque Bretón se proclama
A l tiempo que reconoce su identidad no muy clara
N o importándole no ser ni bretón ni de Vizcaya
L ondinense también fue, de traje cruzado y rayas.
U n buen día vino a esta tierra con su Múgica de Alava
I ncorporando su esfuerzo a la firma del Canasta
S in saber, o tal vez sí, que doble frontera cruzaba.
B ienteveó al jerez luego desde varias atalayas
R emando contra marea en la ocasión necesaria
E scribiendo mil informes y yo no sé cuantas actas
T rabajando cada día, sin desmayo, con constancia
O, por decirlo rotundo, como un mulo de carga.
N unca podremos, yo creo, en verdad darle las gracias.
A brisqueta a mí me sirve para seguir esta saga:
B autizó incluso a un fino, del que mejor yo no hablara
R epartio muchos millones cuando el Marco desgravaba
I beria fue su oficina en tiempos que son nostalgia
S oportó a muchos gerentes, unos buenos y otros vainas
Q uiso, y casi lo logra, hacer del Icex morada
U n mes de mayo, hace años, cabalgó con Dos Hermanas
E ntonces vino el milagro y en rociero mutaba
T eniendo desde ese instante su identidad ya muy clara:
A ndaluz de pura cepa ¡ y de Jerez la medalla!
También te puede interesar
La esquina
José Aguilar
Una querella por la sanidad
Cuarto de muestras
Carmen Oteo
Otra vez
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Nada más distinto que dos hermanos
El microscopio
La Moncloíta, ¿y ahora qué?