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Uno de los más saludables biorritmos culturales de la ciudad viene marcado por la programación de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras. Jerez posee un patrimonio inmaterial ligado a cada nuevo curso académico. Hallamos entonces el rito de la excelencia con protocolo propio. Pura analogía dentro de contexto. Motores semánticos -John Haugeland dixit- de la acción/tradición. En calle Consistorio 13 se apuesta cada martes por los más altos exponentes del conocimiento. Si el Quijote es un auténtico tratado de filosofía vital, la Academia de San Dionisio es un innegable tratado de filosofía local. Como así de hecho constata, por añadidura, la recentísima concesión de la Medalla de Oro de Jerez. La Academia no peca sin embargo de chovinista, en tanto basa sus postulados en la cultura universal. Un paradigma de larga data. Sus sesiones públicas comúnmente de periodicidad semanal construyen vasos comunicantes que trazan la asociada correspondencia entre lo particular y lo general, como así proclamaban Manuel Alcántara y Carlos Luis Álvarez ‘Cándido’ en el ideario de los artículos de prensa. Una retroalimentación sin excedentes temáticos. La gama de disciplinas abordadas afila el moderno método de la transversalidad.
El curso 2024-2025 comienza en la docta casa jerezana evitando gerundios innecesarios para apostar a las claras por tres convocatorias no precisamente de relumbrón. Sí de envergadura. Sí de calidad. Sí de sintonización con la actualidad social. No spurius, que es trisílabo en latín. Conste en acta, de antemano, que los actos de la Academia son de libre concurrencia. Despejemos a rajatabla la confusión reinante: las convocatorias de esta institución jerezana no están sujetas, para su asistencia, a ningún arbitrio selectivo de público ni se precisa confirmación online previa ni acceso con invitación en ristre… Quienquiera que fuese, sin distingos clasistas ni corporativos, puede asistir los martes a la Academia. Nadie esté teniente o se haga el sordo. La Academia permanece abierta para todos. Sin filtros. Decíamos que 3 actos 3 bautizan el curso naciente. Mañana jueves, a las 20.00 horas en el Teatro de la Fundación Cajasol, sito en calle Ángel Mayo 20, se llevará a cabo la entrega solemne de los premios a las Ciencias, las Artes y las Letras instituidos por esta corporación que preside Juan Salido Freyre. Las Ciencias a favor del doctor Francisco Macías López, pediatra del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Jerez (y fundador de la Unidad de Endocrinología Pediátrica). Premio a las Artes concedido al reconocido fotoperiodista Emilio Morenatti (Premio Pulitzer de Fotografía 2021 y 2023). Premio a las Letras para Manuel Francisco Reina (novelista, guionista, crítico literario y dramaturgo).
La sesión de apertura -propiamente dicha- del curso se desarrollará el martes 22 de los corrientes, a las 20.30 horas en la sede de la Academia, con ponencia inaugural de Esther Cruces Blanco, directora del Archivo General de Indias, miembro de las Academias de Nobles Artes de Antequera y Malagueña de Ciencias. Su disertación versará sobre ‘Los archivos, las fuentes documentales, el ejercicio de derechos y el patrimonio histórico: ese océano de datos’. La presentación estará a cargo de Silvia María Pérez González, académica correspondiente de ésta de San Dionisio y catedrática de Historia Medieval de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Si nos referimos al aspecto más emocional que formal, esta sesión se revestirá de una atípica circunstancia: la ausencia de Andrés Luis Cañadas Machado, un académico fijo siempre tan pendiente de la profusión de los pequeños detalles. Formaba Andrés parte del paisanaje humano, escalera arriba, durante los preámbulos de cada ponencia. El fallecimiento de tan destacado secretario general de Honor ha supuesto un durísimo revés para el cuerpo académico. Andrés era dueño de una expansiva personalidad que lo llenaba todo. La Academia de San Dionisio queda huérfana de sus manos albas, sus indicaciones tempranas, su hospitalidad entrada en años.
Este pasado verano -mes de julio- la Academia fue receptora de la aprobación de la Medalla de Oro de Jerez. 75 años en pro de la cultura hablan por sí mismos, con firmeza legal -al estilo de Dracón de Tesalia-, con retórica superior -al abrigo del maestro Gorgias-, apostando por la ciencia como llave para comprender el universo -tal así Arquímedes-, por la combinatoria que hila herencia y literatura -como Homero- y por la enseñanza y la erudición -como Calímaco de Cirene-. “Grande es esta fuerza de la memoria”, dijo san Agustín. ¿Verdad que sí, don Sixto de la Calle, que conversas con don Pedro Guerrero González en un ático de nubes? El Consistorio jerezano ha acertado sobremanera. Hay decisiones -si echamos la vista a los confines institucionales de este país- que pueden pecar de macilentas, vidriosas, como cenicientas de sangre fosilizada. Otras empero, como redimidas a tiempo, son justas sin aditivos. Puntuales. Ésta del Ayuntamiento de Jerez deriva de un Pleno al quince. Medalla ganada a pulso. Con esa serena disquisición contemplativa de quien observa un cuadro de Piero Della Francesa a las cinco en punto de la tarde. La Academia de San Dionisio inaugura el curso académico. Se abre la sesión…
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