Acantilado

La ciudad y los días

04 de julio 2024 - 03:07

Que le haya sido concedido a Acantilado el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial es un acto de justicia en su veinticinco aniversario. Con ello el Ministerio de Cultura le ha trasladado el agradecimiento de los miles de lectores que le somos fieles. Pocas editoriales cuidan tanto su catálogo, traducciones, diseño en elegante rojo y negro, portadas y el libro –papel, impresión, encuadernación– como objeto gustoso. Desafiando lo que parecen ser corrientes mayoritarias en el saturado mercado editorial hasta el punto de deber su nombre al vértigo de asomarse al borde del abismo y tirarse por él como hace la estilizada figura del nadador en perfecto salto vertical que es su emblema. Así lo ha manifestado el jurado destacando, además, la gran calidad de las traducciones y su labor en la recuperación de clásicos imprescindibles.

Fundada en 1999 por el filólogo y editor Jaume Vallcorba (1949-2014), y desde su fallecimiento dirigida por su viuda, la también filóloga Sandra Ollo, le debemos a Acantilado apoyar, sostener, difundir y defender una idea de Europa –“para nosotros Europa es una manera de ver el mundo”, ha dicho Sandra Ollo– a través de la ficción y el ensayo, de autores clásicos y modernos –unos muy conocidos, otros dados a conocer por esta editorial– que, separados por distancias de siglos, geográficas o ideológicas, tienen en común el empeño ético humanista. Quizás por eso la recuperación de Stephan Zweig –tan popular hace años, tan despreciado después, tan revalorizado hoy, en España gracias a esta editorial– se convirtió en su emblema y la publicación de El mundo de ayer en 2001 en su punto de despegue. Ha querido la casualidad que el año pasado recibiera este premio Editorial Juventud, que fue la divulgadora de Zweig en España en sus años de popularidad, tanto en ediciones de bolsillo como en los cuatro volúmenes de obras completas que figuraron en tantos muebles librería de tantas salitas de estar.

Desde Montesquieu o Chateaubriand a Nuccio Ordine, Pietro Citati o Josep María Esquirol, desde Isaac Bashevis Singer, Israel Yehoshua Singer o Joseph Roth a Imre Kertész o Aleksandar Tisma, desde Aleksiévich a Yuri Slezkine o desde Chesterton a Simenon o Danilo Kis, pocas editoriales pueden presentar un catálogo a la vez tan riguroso y tan plural que aporte tanto placer y reflexión a tantos lectores, elevando la industria editorial al arte de la edición.

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