Luis Mollá Ayuso

90 años sin Juan Manuel Durán

EL SEXTANTE DEL COMANDANTE

Semblanza de un héroe. El piloto jerezano falleció en accidente aéreo en julio de 1926, sólo seis meses después de su gesta como tripulante del primer vuelo transoceánico en el 'Plus Ultra'

18 de julio 2016 - 01:00

Juan Manuel Durán González nació en 1899 en Jerez de la Frontera. Hijo, nieto y hermano de médicos, eligió la carrera de oficial de Marina, ingresando en la Escuela Naval en 1916. Embarcó en los buques Reina Regente, Carlos V y Cataluña antes de ingresar en la Escuela de Aeronáutica Naval de Barcelona, de la que salió piloto de la primera promoción en 1921. En 1925 fue seleccionado para representar a la Armada en el vuelo transoceánico del hidroavión PlusUltra, junto a los pilotos del Ejército Ramón Franco y Julio Ruiz de Alda y el mecánico onubense Pablo Rada. El heroico y trepidante vuelo tuvo lugar a partir del 22 de enero del año 1926, hace ahora 90 años, cuando despegaron de Palos de la Frontera para cubrir las diferentes etapas de Las Palmas, Porto Praia, Pernambuco, Río de Janeiro, Montevideo y, finalmente, Buenos Aires, donde dieron por cumplida una aventura que tuvo una enorme repercusión mundial. Como héroes fueron recibidos tanto en Argentina como en España, a donde regresaron a bordo del crucero argentino Buenos Aires, siendo recibidos por Su Majestad el Rey Alfonso XIII en el puerto de Palos.

A su regreso a Jerez, el 5 de febrero de 1926, repicaron las campanas, sonaron las sirenas de las fábricas y de las bodegas, se encendieron tracas y cohetes, se colocaron banderas y gallardetes y los jerezanos se echaron a la calle jubilosos, leyéndose un manifiesto en las puertas del Ayuntamiento, el cual promulgó una jornada festiva y acordó nombrarlo Hijo Predilecto de la ciudad.

Todavía no se habían apagado los ecos de su resonante gesta cuando el 19 de julio de ese mismo año, en unas maniobras de la Escuadra frente a la ciudad de Barcelona, el ala de su avión tocó en vuelo con la de otro, cayendo en picado el de Durán para terminar estrellándose contra la superficie del mar. Al ver el accidente desde un globo, el teniente de navío Antonio Núñez, compañero de Durán, se lanzó de la barquilla del globo desde 30 metros de altura, consiguiendo rescatar el cuerpo del infortunado aviador jerezano, que con ambas piernas rotas y una fuerte fractura de cráneo no tardó en morir.

El cadáver de Durán fue trasladado desde Barcelona a Cádiz a bordo del destructor Alsedo. Una vez en el puerto gaditano y cubierto su féretro por una bandera española, fue llevado en un armón de artillería hasta San Fernando para recibir sepultura en el Panteón de Marinos Ilustres.

La comitiva fue seguida por sus familiares y por dos camiones de flores enviadas desde multitud de pueblos y ciudades de España, Europa y América. El Ayuntamiento de Jerez acordó rotular una calle con su nombre, así como levantar un monumento en su memoria en la céntrica plaza de las Angustias. Siguiendo su ejemplo, en Barcelona se erigió otro monumento en recuerdo del marino aviador. Durán fue distinguido con la Cruz del Mérito Naval, la Medalla de África y la de Oro, obtenida esta última tras su gesta en el PlusUltra. Fue también nombrado gentilhombre de Cámara de Su Majestad el Rey y declarado hijo adoptivo y predilecto de Jerez, Huelva, Moguer y Rota.

En 1999, con motivo del centenario de su nacimiento, la Flotilla de Aeronaves de la Armada, ubicada en Rota, llevó a cabo una serie de homenajes a su memoria que culminaron con la colocación de un busto de bronce en el monumento levantado en su honor en Jerez. Para la publicación de un reportaje en el DiariodeJerez tuve entonces la suerte de conversar con una hermana del malogrado aviador, que a pesar de la edad conservaba nítido y fresco el recuerdo de Juan Manuel. De la conversación conservo el recuerdo de un detalle harto curioso:

"A pesar de que Ramoncito Franco se creía muy guapo, mi hermano tenía mucho más éxito con las chicas qué él; de hecho, a pesar de que hayan querido disimularlo con historias relacionadas con las malas relaciones que pudiera haber entonces entre la Armada y el Ejército, el hecho de que Franco no lo quisiera en el PlusUltra era debido a ese motivo. Fíjese si no en la foto esa que tanto circula por ahí. No sé si se habrá dado cuenta de que las alas que llevaba mi hermano en el uniforme no son las de la Aviación Naval española, sino de la argentina, y es que cuando el PlusUltra llegó a Buenos Aires, las chicas se volvieron locas y a mi hermano casi le desnudan. De hecho le arrancaron las alas, los botones dorados y hasta le quitaron la guerrera, mientras que a Franco no le tocaron un pelo. Por eso en esa foto aparece con el uniforme de un oficial argentino y las alas de la Aviación Naval de aquel país...".

En fin, no sé si esas serían las razones del rechazo inicial a Durán por parte de Franco, que realmente existió, aunque personalmente creo que se debió a otras razones que no vienen al caso. En cuanto a la foto, a pesar de haberla contemplado cientos de veces, nunca reparé en que el aviador jerezano lleva unas alas que, desde luego, no son las oficiales en la Armada. En cualquier caso, aquel vínculo circunstancial entre la Armada y el pueblo de Jerez, hace 17 años, me permitió entrar en contacto con la numerosa y maravillosa familia Durán en la localidad.

Otro detalle poco conocido es que en 1926, después de tres campañas infructuosas en Marruecos, cuando el Gobierno de Madrid decidió llevar a cabo un desembarco en Alhucemas, se encargó a la Armada la adquisición de un bombardero capaz de expulsar a los rifeños de las peñas desde las que repelían una y otra vez las acometidas desde el mar. Para ello, y con idea de rastrear el mercado, se comisionaron sendos oficiales a Londres y París, y a Durán a Roma. Tras la pertinente junta técnica, se decidió la compra del avión Macchi-24 propuesto por Durán, cuyas bombas consiguieron despejar de defensores las altas peñas del Rif, permitiendo de ese modo el éxito del desembarco en la playa de la Cebadilla de Alhucemas y, a la postre, la victoria final de las tropas españolas en la Guerra de Marruecos, dirigidas magistralmente por otro jerezano ilustre: el general Miguel Primo de Rivera.

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