Javier Sánchez Mellado

Apertura de bares: reflexiones y propuestas hacia la normalidad

La crisis del coronavirus en Jerez

Fotografía de archivo de la plaza Plateros de Jerez.
Fotografía de archivo de la plaza Plateros de Jerez. / Pascual

27 de abril 2020 - 18:56

Jerez/No entiendo los bares sin la cercanía del calor humano, saludos, sonrisas, estrechar manos, abrazos, besos. No entiendo los bares sin poder acercar la silla a la mesa de al lado. No entiendo los bares sin el calor y cobijo humano que los caracteriza. Bajo mi criterio, de nada sirve tener un bar inundado de mamparas, aunque haremos

todo lo que sea necesario para que nuestra clientela se sienta segura en nuestros establecimientos.

La diversidad de bares que tenemos en España es muy amplia, por modelo, a qué

público va dirigido, por cómo se gestiona... Hay bares de desayunos y tapas, bares solo de tapas, cervecerías, gastro-bares, etc. Y no solo los bares, los restaurantes también son otro mundo.

El número de personas que trabajan en un bar o restaurante difiere mucho unos de otros, también por el modelo. Los hay que solo trabajan los propietarios, otros son autónomo/os con trabajadores, que podemos segmentar por número de trabajadores, las franquicias, los grupos de empresas... la hostelería es un colectivo muy heterogéneo.

Sí, la hostelería tiene que abrir. Pero no basta con decir los bares y restaurantes se van a abrir para tal fecha. Estamos sufriendo una gran crisis. Después de una crisis,

cierran los más endebles; después de una gran crisis, como la de esta pandemia, no se sabe qué va a ocurrir. En las crisis, el gasto en general es muy contenido y las ventas al inicio de la próxima reapertura serán muy bajas. Hay que poner remedio, hay que saber gestionarlo, hay que saber utilizar los tiempos, nada va a ser inmediato, todo tiene que ser flexible para dar fortaleza en el futuro.

En cuanto abramos tendremos que pagar sueldos, seguros sociales, préstamos, impuestos, proveedores... No podemos aceptar abrir nuestros negocios si no existen

medidas de bonificación, aplazamiento de pagos y una fórmula que se ajuste a la necesidad de la nueva normalidad.

Propuestas

Reapertura en escalada, flexible y progresiva. Todos los bares y restaurantes no deberían abrir al mismo tiempo. Se debería hablar de una escalada en la reapertura de los bares y restaurantes, asociada a los gastos de cada establecimiento debido a la gran diversidad de modelos que existen. La escalada de reapertura de negocios, también debería estar sujeta a la decisión que tome cada empresario. La rentabilidad y situación económica de cada negocio esta bajo el criterio de su propietario.

Afluencia de clientes en escalada. La sociedad que está por llegar será muy distinta. Los negocios no se van a llenar de la noche a la mañana. Los clientes también van a llegar en escalada, poco a poco. Y el turismo, más tarde que pronto, también llegará en escalada y habrá que subvencionar primero al turismo nacional. El número de clientes irá creciendo conforme estemos más seguros sobre el control del virus. Pero ahora, si abrimos todos los bares y restaurantes al mismo tiempo, no tendremos clientes para todos.

Ventas en escalada. Como ya sabemos, las ventas de entre semana difieren de las de fin de semana. Si a esto le añadimos que los clientes vendrán poco a poco, propongo que mientras dure la adaptación a la nueva normalidad, podamos abrir de lunes a jueves en días alternos. Establecer un criterio por zonas, para que algunos abran lunes y miércoles, y otros, martes y jueves. Porque la nueva normalidad va a tardar en llegar. En definitiva, tener dos días de cierre a la semana, no por descanso del personal, sino por la necesidad se superar la situación creada por la pandemia.

Inicio de la actividad. Toda la sociedad está haciendo un gran esfuerzo con los ERTE, gracias a ello no se debe de perder empleo. En la vuelta a la actividad, debemos tener flexibilidad a la hora de incorporar a la plantilla. Necesitamos de un periodo largo de adaptación en el tiempo. Al inicio, no nos va a hacer falta todo el personal. Así mismo, para la vuelta a la actividad, debemos estar acogidos a bonificaciones en los seguros

sociales e impuestos, Y también poder aplazar los pagos de préstamos y gastos como alquiler, luz y agua.

El objetivo es que nuestros bares y restaurantes estén abiertos con todos sus trabajadores para cuando llegue la vacuna o haya un tratamiento eficaz para la cura del Covid-19. Soy de la opinión que estas reaperturas debieran darse cuando se garantice la posibilidad de movimiento de la sociedad, con el menor riesgo posible, una vez se den las condiciones que los expertos sanitarios estimen y en consenso con los representantes de la hostelería.

Si los gobiernos, estatal, autonómico y local no acometen una serie de fórmulas de reapertura para salvar las empresas y el empleo en la hostelería, habrá negocios a los que no les sea rentable abrir sus puertas. Es más, habrá muchos hosteleros que si se ven obligados a abrir, con el nivel de ventas que se prevé, se verán abocados al cierre, con deudas, aumento de paro, pérdida de patrimonio, etc. etc.

No podemos permitir que el deseo de abrir nos arroje al cierre de nuestros negocios. Hay que pensar muy bien las medidas para la reapertura. Las prisas no son buenas.

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