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Sin darnos cuenta, estamos a punto de alcanzar el primer cuarto del siglo que definimos como aquel en que todo sería posible. Ahora cabe preguntarse si cinco lustros después el mundo es mejor o peor que lo que era.
Sin duda, la tecnología ha avanzado espectacularmente. En 1999, los teléfonos móviles eran dispositivos utilizados para llamadas y mensajes de texto. Ahora son minicomputadoras que permiten navegar por internet, tomar fotos de alta calidad, realizar videollamadas y acceder a una infinidad de servicios. La llegada de internet de alta velocidad y la expansión de las redes sociales han cambiado la forma en que nos comunicamos. Plataformas como Facebook, X e Instagram han redefinido las interacciones sociales y dado lugar a fenómenos como los influencers.
La economía también ha visto cambios drásticos. La globalización ha permitido una mayor interconexión entre los mercados. Sin embargo, también ha traído desafíos, como la competencia global y la deslocalización de empleos. El comercio electrónico ha transformado la forma en que compramos.
En el ámbito medioambiental, la conciencia sobre el cambio climático ha aumentado considerablemente. En 1999, el calentamiento global era un tema de debate, pero hoy en día es una realidad reconocida por la mayoría de la comunidad científica y los gobiernos. Se han implementado políticas para reducir las emisiones de carbono y promover el uso de energías renovables. Además, ha habido un aumento en la adopción de tecnologías verdes. Igualmente, los movimientos sociales, como el feminismo y los LGBTQ+, han logrado avances significativos en la igualdad de derechos. También ha cambiado la forma en que consumimos entretenimiento.
Respecto a la salud, la investigación genética y la biotecnología han permitido el desarrollo de tratamientos personalizados y la cura de enfermedades que antes eran incurables. La pandemia de COVID-19 ha demostrado la importancia de los servicios públicos y ha acelerado las tecnologías de telemedicina.
Por el contrario, el frente de los países no democráticos, China, Rusia, Iran, continúan amenazando al debilitado mundo libre en el que triunfan las consignas ultras partidarias de alejarse de todo lo que no sea lo propio a cada cual. Resumen: ¿Estamos mejor o peor que hace un cuarto de siglo? Dudas. La única certeza es que somos más viejos.
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