La bota de los turbiosLugareños recalcitrantes

Navajita Plateá empieza su gira

La Cuaresma empezó ayer de forma oficial. Muchos feligreses se acercaron ayer a los templos de la ciudad para que se les impusiera la ceniza y cumplir con ese rito. Otros ya se afanaban ayer en buscar las mejores flores para las imágenes de las que son devotos, como se podía comprobar ayer frente a la iglesia de San Francisco, en la plaza Esteve. La imagen la captó VANESA LOBO.

Días de poda de palmeras

TRAS el supermartes más globalizador de los últimos años, y un megamiércoles de ceniza oliendo ya a incienso, otro hiperjueves de resaca de los de siempre. De resaca y de carnaval donde muchos llevan máscaras sin tener que ponérselas. Máscaras sutiles que definen muy bien: embobados con las primarias de Hillary y Obama, y regocijándonos de los ataques entre grandes partidos, incluido el de los obispos. Pero no parece que nos interese mucho que en un mes decidimos de nuevo el futuro de Andalucía. La del traje de faralaes, los toros y el sol embotellado. Pero también la del AVE, la de las citas por internet y los biocombustibles.

Asumir la responsabilidad de la desidia, o la falta de compromiso es asumir también la propia imperfección, la íntima incompetencia o la permanente cobardía. Porque no parece eficaz seguir siendo avestruz, como adalid del eterno costumbrismo, y estar mirándonos el ombligo como siempre, centrándonos sólo en la vertiente municipal y olvidándonos de que formamos parte de una comunidad más amplia. La condición humana no se modifica tan fácilmente: nos cuesta sentirnos partícipes de nuestras raíces más allá de la Ermita de Guía, o de los Albarizones. Seguro que la capacidad de ser auténticos es fundamental, y nos aporta prebendas cercanas, pero deberíamos abrir miras y preocuparnos por los mensajes y programas autonómicos que a la larga siempre nos salpican de alguna forma.

Las consejerías llevan las riendas y tienen las llaves de muchas cerraduras, para planes de reindustralización, para mejorar las vías de comunicación o para hacer que el circuito siga funcionando, por ejemplo. La autonomía no es más infiel a la realidad que el municipio. Como disfraz, nos ayuda a dimensionar la importancia real de tener una identidad propia. Como aspiración, mejor sería no dejarla de lado porque supondría una renuncia implícita al futuro que nos espera.