Camino de Santiago, Camino integrador que ayuda y sana II

Pasados unos días de descanso y reflexión, es hora de hacer un resumen de este segundo tramo peregrino que, por el Camino de Santiago por la Vía de la Plata y que comenzaron algunas de ellas el pasado año en Jerez, estas mujeres, cada una de ellas con sus circunstancias personales, físicas y psicológicas han realizado, superando cada adversidad que el camino les ponía delante y superándose en sus expectativas tanto en lo físico como en lo interior.

La ilusión ha sido algo implícita en todos quienes conformábamos este pequeño grupo desde el primer instante en que, en la Catedral de Sevilla, todos se dieran a conocer.

No hay camino fácil o como dicen otros peregrinos “el camino no es un camino de rosas”.

Etapas que parecían iban a ser de puro trámite se convirtieron en sufridas por las circunstancias de los carriles, algo que las peregrinas con humor supieron superar. En otras ocasiones la belleza de los paisajes, donde el agua en forma de ríos, arroyos y lagunas, se mezclaba en ocasiones con el verde de los árboles y el terreno.

Entre fincas privadas y públicas rodeadas de encinas y en ocasiones de los típicos por la zona, cerdos ibéricos, caballos y otros ganados, les ayudaron con cierta gracia, continuar sus pasos, siempre con los preceptivos descansos y parada para guardar en la retina y en sus móviles la mayor cantidad de imágenes.

Hubo días muy difíciles, en especial en la tercera etapa donde tras tramos de carretera y carriles, se plantaban ante la impresionante subida del alto de El Calvario, no pudieron buscar mejor nombre para tal obstáculo.

Tal sería el asunto que, muy conocedor de la dificultad que implicaba esa subida, se les unió a las peregrinas el buen amigo de esta asociación y gran conocedor de los diversos Caminos a Santiago que recorren España, Raúl Fernando Gómez, del programa de radio y televisión “'Senderos Jacobeos”.

Las peregrinas agradecieron su compañía pues su experiencia, sus conocimientos, en definitiva su trato y conversación hicieron más llevadera la dura subida.

Pero no hay subida sin bajada y esta era bastante fastidiosa por el firme y el desnivel, pero teniendo a los pies de dicha bajada la localidad de Almadén de la Plata, les ilusionó a afrontarla con cansancio pero sabedoras que el descanso estaba ya cerca.

Cómo no había dos sin tres, hubo etapas en las cuales al día anterior había que sumarle otro más dificultoso por el trazado y los constantes “rompe piernas”, algo que superaban cada una a su manera, pero sí en una manera muy especial “el compañerismo” y la atención de nuestro socio que, como “farolillo” siempre fue atenta a cada una de ellas.

La meta volante estaba cada vez más cerca. Monesterio las esperaba y sabedoras de ello, aprovechaban cada minuto en compañía o en solitario, para conocerse y mirarse hacia adentro, para entender tantas cosas que la vida les había puesto por delante y aprender mediante el camino otras formas de superar los obstáculos diarios en sus vidas personales. Pues, si pudieron con la dureza del camino, ¿por qué no iban a poder con la dureza del camino diario de sus vidas, con sus circunstancias físicas y anímicas?

“El Camino de Santiago es un símil de la vida”

Pero en este camino, donde les dio tiempo a conocer a otros peregrinos y peregrinas, no hubiera sido posible sin aquellas posadas antiguas, hoy albergues y diversos alojamientos donde, conocedores de las circunstancias de ellas, ofrecieron el mejor lugar y trato para su merecido descanso diario y poder así mismo avituallar sus cuerpos con buenas viandas.

Tras un corto descanso y realizar la vuelta a sus hogares desde Monesterio, los abrazos de alegría y más de una lágrima emotiva, decían que lo que parecía casi un imposible a estas mujeres hacía cinco días, al final con voluntad, espíritu y mucha valentía, lo habían conseguido.

El presidente de la asociación organizadora entregó a cada una de ella, así como al socio que les había acompañado como guía en “sus caminos”, un sencillo detalle de recuerdo, a modo de “Compostela Ceretana” de esta “gesta” conseguida por ellas y que han unido sus vidas en el camino y que si así Dios y el Apóstol Santiago lo permiten, puedan continuar el próximo año en unas nuevas etapas que le lleven hasta Mérida.

En otro sentido, es de obligado cumplimiento, el agradecer a esos lugares donde se alojaron por el cariño y atención con que fueron tratadas.

En Guillena al albergue “Luz del Camino” y en él a Pilar por su cariño hacia estas peregrinas, quienes pudieron vivir y sentir el auténtico espíritu peregrino, compartiendo el “verdadero alojamiento peregrino” con otros muchos que por estas fechas estaban también haciendo su camino.

En Castilblanco de los Arroyos, a Delfina y su marido quien puso a disposición de las peregrinas su encantadora “Casa Rural Callejón de la Mora”. Decorada con un gran gusto por la propietaria y a la que no le faltaba de nada, hasta tal punto que decidieron cenar dentro de la casa, cena que preparaba nuestro socio y guía en esta peregrinación.

En Almadén de la Plata, “Casa Concha” es lugar peregrino por excelencia y donde la confortabilidad y disponer de restaurante, consiguió ofrecer a las peregrinas el lugar óptimo para descansar y reponer fuerzas.

Igualmente en El Real de la Jara, donde su propietario, Javier, así como su padre, se pusieron a disposición de las peregrinas para cuanto necesitaran el su casa rural “Casa El Real”, casa antigua restaurada con gran gusto, donde la chimenea fue el punto de encuentro, junto con la cocina y el patio, para vivir las escasa horas hasta la mañana siguiente. Pareciera se estuviera en un albergue con ambiente peregrino, pues se unió durante la cena, unos amigos de Mallorca que ya habían conocido en la primera etapa.

Asimismo, nada de todo lo comentado y vivido, sin la colaboración del Servicio de Igualdad de la Diputación de Cádiz, así como de la empresa Grabalobo. Ambos pusieron de su parte para hacer realidad, desde el pasado año este proyecto, ya convertido en una real actividad.

Y para finalizar MUCHÍSIMAS GRACIAS A: BELI, MARIBEL, MARÍA DEL MAR, ROSARIO Y LOLA, auténticas peregrinas, que con su esfuerzo mostraron y se demostraron que en la voluntad, el espíritu, el compañerismo, las lágrimas, los abrazos, las cervezas, … el “CAMINO DE SANTIAGO, ES CAMINO INTEGRADOR QUE AYUDA Y SANA”.