La ciudad y los días
Carlos Colón
La tragedia los retrata
Jerez íntimo
Noticia paredaña a la máxima discreción. No saltaron los teletipos del efecto mediático. Ni falta que hizo. Una realidad que pasa de puntillas. Prácticamente de puertas adentro de la basílica del Carmen. Apenas nadie se ha hecho oídos. Una visita distinguida. Intimidad sobresaliente. Su Alteza Real el Príncipe Carlos de Borbón de las Dos Sicilias -duque de Castro, jefe de la Casa Real- estuvo en Jerez días atrás. Con ocasión de un viaje privado, junto a su familia, que alcanza diferentes localidades de Andalucía. La moderación como tónica común. Ningún pretendido boato, ningún bullebulle, ninguna fanfarria. Ninguna necesidad de meter en danza un titular de alto copete. Ninguna tentativa de verbalizar la propaganda. Las mejores gestas se arbitran en secreto. ¿A qué fin tal honor? Personarse en la capilla donde se custodian los restos mortales de Antonio Molle Lazo, requeté jerezano que fuese martirizado el 10 de agosto de 1936 en Peñaflor (Sevilla) precisamente cuando a pecho descubierto protegía el convento de las hermanas de la Cruz de la citada localidad. En la deontología periodista aquí debemos consignar el don por delante. De modo que don Carlos, doña Ana María, don Carlos Enrique, doña Luisa y doña Cecilia asistieron a la misa por la festividad de Todos los Santos en una celebración tampoco a puerta cerrada. Usando el símil terminológico del Real Decreto-ley 36/2003 aplicable a las subvenciones de los fondos europeos, digamos que afloró una concurrencia no competitiva.
Durante la ceremonia se rezó especialmente por los fallecidos -y asimismo por los afectados- a causa de la Dana. Carlos ha expresado que “el día que juré los fueros valencianos asumí un compromiso de por vida amb la meua estimada terra valenciana, que desde el Maestrat a Guardamar ha dado patriotas, creadores, emprendedores, trabajadores. Debemos comprometernos desde ya con los afectados en la completa reconstrucción. Y en el apoyo psicológico de su sufrimiento, la adaptación de sus xiquets y el entierro digno de sus fallecidos. Si queremos que Valencia pueda ofrenar noves glòries a Espanya, las víctimas de esta catástrofe deben recuperar rápidamente el ánimo y los medios. Pido a Dios, a través de la Geperudeta, el eterno descanso de los fallecidos. Por todos los afectados, vivos y difuntos, pido justicia”. En el altar de la iglesia del Carmen campeaba la bandera de la asociación de fieles que promueve la causa de beatificación de Antonio Molle. Ojalá a este tenor no se aplique el “dilata, dilata” de una prórroga sine die. ¿Estás conmigo, Felipe Morenés? Fraternidad, nobleza, humildad, elegancia, quintaesencia. Una vez finalizada la Eucaristía se trasladó Carlos de Borbón y compañía a la capilla que preside el Santísimo Cristo de la Lanzada para honrar la memoria del joven cristiano asesinado. No campó a sus anchas entonces el ideograma del subconsciente…
Como anfitrión cualificado acompañó a la ilustre estirpe Antonio Molle Torné, sobrino nieto del mártir y a su vez presidente de la Asociación de Fieles Servidores de Cristo Rey, que promueve la causa de beatificación, junto a su esposa e hijos. Detalló cómo sucedió el martirio y cómo está enterrado el cuerpo. Ipso facto el duque de Madrid se ofreció a colaborar sin mayor dilación en dicha causa de beatificación, no sin silenciar las palabras que dictaban su pensamiento: “Antonio Molle es un ejemplo para todos nosotros en su defensa de la Iglesia”. Al llegar al sepulcro de António Molle, al que tantos jerezanos acuden a diario, don Carlos hincó rodilla en tierra para besarlo. Esto es: protagonizó este gesto in memoriam quien actualmente es XVIII Duque de Castro, X Gran Maestro de la Ilustre Real Orden de San Jenaro, IX Gran Maestro de la Ilustre Real Orden de San Fernando y del Mérito, LIX Gran Maestro de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, IX Gran Maestro de la Real Orden Militar de San Jorge y de la Reunión, VIII Gran Maestro de la Real Orden de Francisco I…
Nada se ha consumado cuando de rendir homenaje a quienes dieron la vida por Dios se trata. Don Carlos no quiso finalizar este entrañable encuentro sin antes dedicar un breve pero buen medido discurso de agradecimiento a la familia Molle por tan exquisita atención, al tiempo que aprovechó para narrar el episodio que durante un viaje por Oriente Próximo inspiraría a su abuelo Javier el lema “Ante Dios nunca serás héroe anónimo” que su jefe delegado Manuel Fal Conde establecería para el requeté en el que estaba enmarcado Antonio Molle Lazo. ¿Sincronía, fenómeno de convergencia, hilazón por lo divino? Carlos de Borbón evidenció así el estrecho vínculo reinante entre ambas figuras, la de Javier y Antonio Molle, cuya ejemplaridad “afortunadamente no nos es desconocida”. En efecto que ante Dios no existan héroes anónimos “es un motivo de consuelo y de esperanza para todos nosotros”. Sí, ha acontecido en Jerez una noticia paredaña a la máxima discreción, tan al margen de los teletipos del efecto mediático…
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