El centro derecha se mueve
Las primarias de Cs cierran un capítulo clave para configurar el futuro del centro derecha, espacio absolutamente esencial para que se produzca el relevo en Moncloa
CUIDADANOS ha tenido ya sus primarias y este fin de semana celebrará su asamblea o congreso, del que saldrá algo parecido a un programa de gobierno. Además de definir el papel de Inés Arrimadas, que deja la presidencia del partido pero seguirá siendo la líder política. Se cierra así un capítulo que era esencial para configurar el futuro del centro derecha, espacio absolutamente esencial para que se produzca el relevo en Moncloa y Pedro Sánchez pierda el Gobierno.
Nadie apuesta por un resurgir de Ciudadanos, que lleva muchos meses con un declive imparable, y además la división interna provocada por Edmundo Bal deja al partido maltrecho. Pero que sea difícil su recuperación no significa que Ciudadanos desaparezca de la escena política: tiene "novios", sobre todo el PP, y en los próximos días, una vez se conozca cómo acaba la asamblea de este fin de semana, es seguro que de una manera más o menos clara empezarán a lanzarse lazos hacia las personas de Cs con mejor cartel.
Hacia Arrimadas, también hacia Begoña Villacís, y hasta es probable que hacia Edmundo Bal. Hizo una gran labor como portavoz adjunto parlamentario y demostró talla política. Pero después del verano realizó movimientos que no sentaron bien a la dirección nacional, de la que era parte fundamental, y presentó su candidatura frente a Arrimadas. Su mensaje era muy claro, sin dobleces: Ciudadanos tenía que abrirse también hacia la izquierda para afianzarse como partido de centro y liberal. No le fue bien en el enfrentamiento: en las primarias ganó la lista que apoyaba Arrimadas.
PP: sumar a ciudadanos, según y cómo
En la calle Génova se muestran cautos respecto al futuro. No niegan que les vendría bien ampliar sus candidaturas con personas de Ciudadanos de prestigio nacional, regional o local, pero descartan una absorción del partido. Están dispuestos a hablar con quien quiera hacerlo, aunque en ningún caso se daría la bienvenida a cualquiera que se presentara en una sede del PP con el carné de Cs en la boca. Feijóo lleva meses dedicando el máximo esfuerzo a potenciar un PP que estaba desunido y desmotivado, y que recuperó la ilusión con la llegada del ex presidente gallego, hasta el punto de que varios de los ex miembros destacados del PP que habían dejado la política por desacuerdos con Pablo Casado o porque Casado no quiso contar con ello al apoyar a Soraya en el congreso de sucesión de Rajoy, se han sumado al nuevo equipo de dirección de Feijóo o colaboran con él desde fuera.
En esa situación en Génova consideran injusto que algunos de los miembros destacados del partido, tanto nacionales como regionales, que se están batiendo el cobre para que Feijóo llegue al Gobierno, se vean desplazados de las listas electorales por cargos de Ciudadanos. La puerta está abierta, reiteran en Génova, pero ni para todos ni en todas las circunstancias. Y se comprobará el grado de sinceridad del acercamiento y llamamiento a la puerta del PP en función de que acepten la militancia a la espera de que en el futuro pueda tener más papel en su nuevo partido.
Hay que apuntar que, más allá de esta posición, hay miembros del PP, pocos, que piensan que para el partido sería muy positivo que Ciudadanos decidiera presentar su candidatura sin ningún tipo de atadura con el PP y con siglas propias, porque creen que hay votantes socialistas que jamás depositarían en una urna la papeleta del PP pero sí la de Ciudadanos. De esa manera se podría ampliar la suma concejales, parlamentarios y diputados que nunca darían respaldo a Pedro Sánchez. Eso sería efectivamente así si no existiera la Ley D´Hont, que premia a los partidos grandes y castiga a los pequeños, como recuerda el equipo de Feijóo, que está volcado en buscar votantes que crean en su proyecto más allá de oportunismos y de moverse en función de sus propios intereses.
La indignación se lleva a la calle
Si en Ciudadanos es visible el desánimo -es significativo que en las primarias sólo hayan participado la mitad de los militantes, cuando tenían 48 horas para votar y se podía hacer on line- en cambio en Vox están convencidos de que mejorarán el resultado de sus elecciones.
Han superado el caso Macarena, creen que la ex dirigente no conseguirá un resultado relevante si efectivamente se presenta a las elecciones, como dice, y al contrario de lo que ocurrió en las anteriores municipales, autonómicas y generales, están buscando candidatos conocidos en las provincias y localidades en las que presentarán listas. Dejarán de ser el partido plagado de "cuneros", sobre todo en el Congreso y el Senado, y harán una apuesta firme por los ayuntamientos, que es foco importante de captación de votos.
Tienen una idea perfectamente asumida: no apoyarán ningún Gobierno regional o local -las elecciones primeras son las de mayo- del que no formen parte. Se acaba la estrategia que han aplicado hasta ahora, en que para cerrar el paso al PSOE han llegado a pactos de Gobierno con el PP sin exigir ser incluidos en sus gobiernos. Se pusieron firmes en Castilla y León, y finalmente transigió el candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, que no renunciaba a seguir siendo presidente. Ésa va a ser la norma que aplicará hasta ahora la dirección nacional de la calle Bambú, así que el PP está echando toda la carne en el asador para no verse obligado a aceptar gobiernos de coalición con Vox. Qué ocurrirá finalmente sólo podrá determinarlo el resultado electoral, pero desde Génova, siguiendo la pauta que marca Feijóo, se miden muchas las palabras cuando se les pregunta por Vox, quieren romper el discurso de los socialistas que tratan de convencer a sus votantes de que no caigan en la tentación de confiar en el PP porque acabará gobernando con la ultraderecha.
El día 21 es una fecha importante para el centro derecha. Varias plataformas, Foro Libertad y Alternativa, Libres e Iguales, S´ha acabat, Neos y hasta 30 más, han convocado una manifestación Por España, la democracia y la Libertad, en la que participarán destacadas personalidades intelectuales y políticas. Cuentan con el apoyo de Vox y Ciudadanos, y aunque el PP quiere conocer previamente el texto de convocatoria, no sólo ha dado libertad a sus militantes y votantes para que acudan sino que también asistirán miembros de la dirección nacional.
Será una manifestación contra la deriva del Gobierno de Sánchez, incidiendo especialmente en la desaparición del delito de sedición, las consecuencias de la ley trans y del sólo sí es sí, la cesión a las exigencias de los independentistas y la ocupación de las instituciones. Pero el objetivo será también, es también, visualizar que el centro derecha tiene capacidad de reacción frente a lo que considera desmanes del Gobierno; que no sólo la izquierda y los sindicatos se movilizan para expresar su indignación en la calle.
Porque el centro derecha, con Pedro Sánchez, no está dispuesta a mantenerse en silencio: no soportan ni un minuto más la situación política y social provocada por el Gobierno de Pedro Sánchez.
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