
Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
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Pocas horas antes de que el Domingo de Ramos de 1938 fuese una luminosa realidad, falleció el ilustrísimo señor Manuel F. González y de Agreda, marqués de Bonanza. La noticia corrió como la pólvora de este a oeste de la ciudad. Era persona muy estimada entre sus convecinos. Fue profesor auxiliar por oposición de Dibujo Artístico de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Jerez desde su fundación en 1911. Siempre supo captar el respeto y el cariño de sus alumnos. Cabe decir que asimismo ha de considerársele como un pintor notabilísimo, miniaturista destacado. Estudió en París y más tarde en España. Discípulo predilecto del eminente maestro Jiménez Aranda. Desempeñó el cargo de concejal del Ayuntamiento en la etapa del alcalde Enrique Rivero Pastor. Manuel González Agreda, tal así cariñosamente se le llamaba, era congregarte de la de María Inmaculada, celador del Apostolado de la Oración, vicepresidente de la Conferencia de San Vicente y de Nuestra Señora del Patrocinio -de la que fue uno de sus más antiguos socios en activo-, hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Señor de las Penas y María Santísima del Desconsuelo, así como miembro de la Adoración Nocturna.
En la Escuela de Artes y Oficios se suspendieron las clases en señal de duelo. A las diez y media del domingo 10 de abril, Domingo de Ramos, fue conducido el cadáver al camposanto. Recibieron sucesivas condolencias sus hermanos María Josefa y José Luis, tíos: los excelentísimos señores marqueses de Torresoto y de Briviesca, ilustrísima señora condesa viuda de Casa Agreda, Ricardo González y de Soto, y la ilustrísima señora viuda de Montegil, así como primos, sobrinos y demás familia doliente.
Durante la mañana del Domingo de Ramos se celebraron en la entonces R. e I. I. Colegial los “Divinos Oficios”, a los que asistió el Ayuntamiento bajo mazas e integrando la comisión el alcalde Juan J. del Junco y Reyes; tenientes de alcalde, señores Fernando C. de Lasaletta, Ángel Rodríguez Pascual y Juan M. Ivison y Sánchez Romate; concejales señores Manuel Montenegro, José Izquierdo Flores, Bartolomé Domínguez y Manuel Álvarez; capellán de la ciudad, Bartolomé Orellana; secretario accidental Modesto Marín Ruiz y mayordomo Francisco Mariscal. A las diez dio comienzo el ceremonial. Con la bendición de los ramos de los olivos, tradición que no perdió intensidad. Estuvo presente presente el abad muy ilustre señor doctor Teodoro Molina y Escribano, asistido del beneficiado Antonio Pérez Durán y del capellán del coro y maestro de ceremonia beneficiado Manuel Correa.
En el coro se hallaba el ilustrísimo Cabildo Colegial, integrado por los señores Sebastián Jiménez Barba, Bernard Martí Raro, José María Rodríguez Sánchez, Teodoro Sánchez Rodríguez, Francisco de P. del Pino, Juan García Marfil, Antonio Pastor Aranda y Domingo Linares, así como beneficiados señores Emilio Ortiz Castro, Rafael Serrano, Ángel Melgar y Juan Torres Silva. Seguidamente se organizó la procesión con itinerario por los alrededores del templo, formando parte del cortejo ambos cabildos. La banda municipal interpretó varias marchas. El canónigo Jiménez Barba pronunció, acto seguido, un sermón acerca de la grandiosidad que se conmemoraba. Después se celebró la misa conventual con el canto de la pasión por Melgar, Torres Silva y Serrano. Al elevar el sacerdote la Sagrada Forma, la banda municipal tocó el himno nacional. Sobre las doce del mediodía finalizaron las ceremonias para regresar la excelentísima corporación municipal a las casas consistoriales.
La tarde de cofradías fue esplendorosa. A las ocho de la noche salió, de los Desamparados, la Hermandad de la Coronación. Mucho gentío aglomerado alrededor del templo. El cortejo presentó el siguiente orden: cruz de guía y faroles, cinco estandartes de la Pasión -portados por nazarenos niños-, el estandarte de San Juan y el de la Hermandad, yendo a uno y otro lado de los mismos los diputados de insignias… Ciriales, acólitos, turiferarios y, a continuación, una presidencia integrada por el presbítero Carlos García Rosell y los hermanos mayores Francisco Barrios Pulido, Manuel Román García, Juan Romero Palomo, Pedro Serrano García y Antonio Romero Camacho. El paso del Señor. Seguía la Cruz Parroquial de San Pedro y ciriales, bandas de tambores y cornetas del Hospicio Provincial y las de F. E. T. y de la Jons. Tras las bandas, un cofrade, siendo portador del libro de estatutos, el guión de la Santísima Virgen y la presidencia oficial constituida por director espiritual de la cofradía, beneficiado de la Colegiata, Antonio Melgar; el hermano mayor José Puerto Aragón, el secretario Antonio Martín Bejarano, y los directivos Eduardo Pardal Canilla, Herminio Teruel Flores, Juan P. Saldaña Viranda, José María Márquez Puerto y Juan C. Vacas Barbudo. El paso de palio, muy iluminado de cera. Como preste, el coadjutor de San Pedro, José Benítez Grondona, ministrado de los presbíteros Manuel Pegullá y Pedro Font. La Coronación llevaba como diputados de insignias Manuel Martínez Arce y Diego Cano Méndez. Abría marcha en la Hermandad de las Angustias las bandas de trompetas y tambores de la Cruz Roja. Dirigía el orden de la comitiva el mayordomo Simón López Martínez e integraron la presidencia oficial el reverendo padre Hilarión Sánchez, los presbíteros Anselmo Andrades y Juan Torres Silva, el prioste Juan Balbás Caballero, hermano mayor José Bohórquez Gómez y secretario Manuel García.
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