La esquina
José Aguilar
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Editorial
LA revisión de valores catastrales en Jerez no convence a nadie. Ayer, ni siquiera la alcaldesa, Pilar Sánchez, que en un principio ha sido muy comprensiva e incluso defensora de la labor del Catastro, pudo reprimirse al calificarla de "un desastre" después de que se conociese que al menos 1.500 garajes iban a ser revisados. Todo ello después de que el propio Catastro reconociese su error en todos los espacios comunes y en un sinfín de valoraciones de inmuebles que estos días son objeto de la indignación general. Cuando se producen tantos errores, lo lógico es que se ponga en cuestión y que no sea creíble la totalidad de la valoración realizada en Jerez por el Catastro. Y lo más lógico es que el Ayuntamiento, en lugar de tratar de defender lo indefendible, se ponga de parte de los ciudadanos a los que se debe.
Es un clamor el rechazo ciudadano a la ponencia de valores catastrales de Jerez, que cada día viene poniendo de manifiesto nuevos errores que la invalidan. Por tanto, no tiene sentido que se siga manteniendo su validez y que desde el Catastro se anuncien correcciones y revisiones cuando lo más lógico sería que la ponencia de valores se hiciese de nuevo por completo.
Por si quedaba alguna duda, la propia alcaldesa, que hace unas semanas defendió a capa y espada al Catastro, ayer no pudo reprimir su indignación y antes de una comparecencia pública calificó lo sucedido de "desastre". Ese es el lugar que corresponde a un Ayuntamiento que tiene constancia de que se ha hecho mal una ponencia de valores y no el de culpar a los mensajeros, como en un principio hizo la alcaldesa. Ahora es el momento de que el Ayuntamiento recurra y que el Catastro asuma sus clamorosos errores, dé marcha atrás y corrija unas valoraciones fuera de lugar que dañan los intereses de los ciudadanos. Y no se trata de buscar culpables en tiempos electorales, sino de hacer las cosas bien y defender la legalidad y los derechos de los jerezanos.
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