La ciudad y los días
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Una diputada de Sumar ha apoyado el ataque terrorista de Hamas. El antisemitismo disfrazado de antiimperialismo yanki-sionista y defensa de los palestinos es una marca de la izquierda radical que va de la equidistancia a la militancia propalestina y judeófoba. Es el camino que va de Díaz (“Necesitamos una paz justa, duradera y sostenible y eso pasa por cumplir con el derecho internacional, poner fin a la ocupación y que el pueblo palestino pueda vivir con dignidad”) a Belarra (“Hoy todo el mundo condenará el ataque de Hamas, mientras cada día guardan un silencio cómplice ante los ataques de Israel contra el pueblo palestino. Nosotras estamos contra toda forma de violencia”) o Iglesias (“El pueblo palestino sufre la ocupación, la violencia colonial y el apartheid. Llama la atención ver a los que apelan al derecho de defensa de Ucrania mirar hacia otro lado e incluso justificar a Israel. Hay que defender la paz y el derecho de Palestina a ser una nación soberana”) –ni una palabra sobre los 260 jóvenes asesinados mientras asistían a un festival o los más de 100 secuestrados (“retenidos” según la prensa progresista española)– hasta llegar a la diputada de Sumar Tesh Sidi (“Con los pueblos y su derecho a la libre determinación. Hoy y siempre con Palestina. Habrá mucha manipulación mediática, tuits de 24 horas, pero muchas sabemos que las y los palestinos son asesinados día y noche y nadie condena eso”).
Afortunadamente han sido claros Albares (“Sin ninguna duda estamos hablando de terrorismo”) y Sánchez (“Seguimos con consternación el ataque terrorista contra Israel y nos solidarizamos con las víctimas y sus familiares. Condenamos rotundamente el terrorismo y exigimos el cese inmediato de la violencia indiscriminada contra la población civil”). Pero callan ante las declaraciones de sus compañeros de Gobierno. Distinto es el caso de Francia, donde el apoyo de la extrema izquierda “a los palestinos y a los medios de lucha que han elegido para resistir” ha provocado el rechazo de toda la clase política, desde la primera ministra que ha acusado a Mélenchon de “antisemitismo” y “complacencia con Hamás”, a la senadora socialista Laurence Rossignol (“Los judíos son siempre responsables de lo que les sucede. Es una constante del discurso antisemita”) o el diputado socialista Jerôme Gedj (“A los idiotas útiles de los terroristas de Hamás les digo: me asqueáis”). Comparto su asco.
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