Una ejecución de pena de muerte en Jerez a fines del siglo XIX
Eclosión de la Zambomba de Jerez: 'del pellejo a la muselina'
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NO es necesario convencer a nadie de la eclosión y éxito de la Zambomba Jerezana y su inmenso poder de convocatoria y atractivo que ha llegado al gran público. Un público que asiste y comparece desde muy diferentes puntos de la geografía nacional e internacional a nuestra ciudad; cada año en mayor número e intensidad. Hoteles ocupados prácticamente al cien por cien, restaurantes, bares, comercio, consumo, industria, empleo…. Todo es bueno para las familias jerezanas y para Jerez. Sería injusto y de 'porejito' decir lo contrario y es muy justo felicitar a todos y todas hombres y mujeres que participan y trabajan para que esto suceda como está sucediendo.
Felicitar a los jerezanos y jerezanas, Gobierno e instituciones políticas, medios de comunicación, artistas y aficionados; colectivos públicos y privados, Peñas Flamencas y especialmente recordar y atribuir este éxito en gran parte y más allá a aquellos que consiguieron hacer de esta forma de vivir la Navidad una vivencia, una experiencia única y exclusiva, bien diferenciada con valor añadido que genera ventaja competitiva como es la “NOCHE BUENA DE JEREZ”. ¡Ole ustedes!: Parrilla, Paquera, Terremoto, Gallardo, Ángel Vargas y José Vargas 'El Mono', Macanita, María José Santiago, Torrito. Curro de la Morena y todos aquellos y aquellas figuras de esos años recogidos por la entrañable discografía de “Así Canta Nuestra Tierra en Navidad” magnífica y generosa aportación social y cultural para Jerez de la que fuera la Caja de Ahorros de Jerez.
Esa es la génesis de lo que tenemos ahora y eso es lo que hay que cuidar a pesar de los tuneadores y versionistas que se desvían del camino y generan confusión. Una vez que sabemos con claridad cuál es el origen y la diferencia que nos hacen únicos, debemos reflexionar y organizarnos para no morir de éxito, y es el momento. Por un lado deberíamos evitar caer en la trampa de prohibir y limitar de forma exagerada, no nos vaya a pasar como en la época de Pilar Sánchez con las motos. Que se pasó de frenada en las prohibiciones y perdimos el sitio: ya nunca más volvió el ambiente motero y sus pingües beneficios a Jerez.
Hay que pensar en los vecinos y procurar su tranquilidad y bienestar. No tienen por qué soportar en el centro, los olores y suciedades, incomodidades que generan algunos muchos mal educados que se mezclan en la masiva afluencia de estos días de Navidad. Para ello y con el manual de gestión en la mano debemos apelar a aquella fórmula que nos permita consolidar el éxito. El éxito de la Zambomba de Jerez en nuestro caso. Porque de lo contrario habremos inventado y creado algo que se apropiarán y rentabilizarán los demás por omisión nuestra. Una vez que sabemos el tirón y atractivo que genera y que tenemos con nuestra Zambomba, una vez que vemos que vendemos con volumen y fuerza, debemos -y ahora es el momento antes que- analizar y controlar para hacer de ese canal de ingresos ,que genera industria, un hecho sostenible en el tiempo.
¿Cómo podemos conseguirlo? Sentándose todos los agentes que intervienen, atendiendo las quejas y propuestas de mejoras de los vecinos que sufren las molestias e incomodidades y proponer medidas correctoras. Reunirse también con los que se benefician de este acontecimiento y crear una atmósfera propicia. Es decir, alinear recursos y capacidades para unificar criterios que permitan una conciliación en todas aquellas áreas que sean necesarias tales como en materia de higiene, seguridad, aglomeraciones, y especial hincapié en una campaña de sensibilización , educación y didáctica para explicar desde Jerez a los visitantes qué es y cómo se desarrolla una auténtica Zambomba de Jerez.
Para ello unas normas básicas: debe estar presente la zambomba -con pellejo o muselina bien apretada- no se cantan rumbas ni sevillanas, se cantan villancicos, el romancero con su aportación de la familia flamenca jerezana en todo caso y se puede hacer con sonorización o sin ella. Depende de la necesidad y el espacio porque cuando se lleva una guitarra sonorizada, ya hay que sonorizar todo. Además la voz de nuestros artistas sufre menos gracias a la sonorización y no es baladí el asunto.
Si en aquellos tiempos de las casas de vecinos hubieran podido tener algunos micros…. No veas las fiestas… hubieran durado las zambombas seis meses más. Amén de aquellos que dicen que la Zambomba auténtica eran las de aquella época, las que se vivían en las casas de vecinos (porque no había otros sitios como ahora y tantas comodidades) donde una familia de ocho o diez personas vivía y dormía en dos habitaciones y no solo no había sonido para las fiestas, sino que solo había un cuarto de baño para hombres y mujeres de toda la casa entera. Eso ya pasó gracias al esfuerzo de aquellos y no debería volver.
Cuidemos y creemos muchas cosas bonitas y atractivas que generen alegría y alimento para nuestra ciudad y sus familias. La evolución no tiene que hacernos carcas ni dejar de analizar y controlar para morir de éxito. Con pellejo o muselina: ¡Viva la Zambomba de Jerez! Única en el mundo entero y vaya usté condió.
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