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SER jugador canterano y llegar a ser capitán o leyenda de tu club es un privilegio al alcance de muy pocos. Desde muy pequeñito iba a Domecq de la mano de mi padre, allí vi debutar a un joven lateral izquierdo, Manolo Perdigones, que se convirtió en el recambio generacional de Acuña. Era todo pundonor y sacrificio, el típico jugador con oficio que reconoce sus defectos y sabe minimizarlos. Su capacidad defensiva le sirvió para afianzarse durante una década en la zaga azulina. Con el paso del tiempo llegó a ser segundo entrenador del primer equipo y siempre mantuvo una vinculación especial con la cantera xerecista.
Jerez siempre ha dado jugadores de mucho talento, yo no tuve la suerte de ver jugar a Benítez, solo sé de su calidad por lo que me contaban mis padres y sus amigos, pero sí tuve la suerte de ver en Domecq a Dieguito, Torres, Choquet y los hermanos Cabral, Miguel y Francis. Curiosamente, los éxitos que recuerdo de aquel Xerez estaban casi siempre protagonizados por jugadores de la cantera.
El momento cumbre fue aquel golazo de cabeza de un jovencísimo Antonio Poyatos ante el Ceuta, que supuso el ascenso a segunda división. Aquella temporada 85/86, el Xerez estuvo dirigido por Moncho y la práctica totalidad de jugadores provenían de la cantera. Desde muy pronto la afición fue consciente de que Poyatos tarde o temprano tendría que salir de la entidad. Su eclosión definitiva como jugador profesional llegaría años después en el Valencia C.F.
Con el traslado del Xerez a Chapín y el derrumbe del Domecq se cerró una parte muy destacada de la historia del Xerez. Con el viejo estadio se fue un fútbol más romántico, menos profesional, más intuitivo y menos metódico. La llegada de Chapín coincidió con el fútbol de las sociedades anónimas deportivas. Por cierto, cuando pudimos hacernos dueños de nuestro club y de su destino, los xerecistas no fuimos capaces de hacerlo y le metimos el ‘embolao’ al Ayuntamiento de Pacheco.
El trabajo de Pepe Ravelo en el filial xerecista empezaba a dar sus frutos y llegaron a la primera plantilla algunos de los jugadores más importantes de la historia del club. Juan Pedro, Javi Peña, Fernando Román y Paco Peña son probablemente los más emblemáticos. A estos hay que unirle la aportación de otros clubes de la ciudad, sobre todo el Flamenco CF. Chicha, López Ramos, Raúl Molina y Adri fueron sus principales exponentes. Pero fueron muchos más los canteranos xerecistas y jerezanos que llegaron a escribir páginas doradas en nuestro club.
Aunque también hubo una importante fuga de talento debido principalmente a la estructura del fútbol base en nuestra ciudad. Siempre han existido muchos equipo que han trabajado al estilo de un reino de Taifas, donde sus dirigentes no tenían entre sus prioridades favorecer al principal club de la ciudad y al mismo tiempo el Xerez solía tratar al resto de clubes modestos con cierta altanería y displicencia. Así que jamás pudimos disfrutar en el Xerez CD de jugadores de la talla de Kiko Narváez o Quique Romero.
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