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A rienda suelta
H UBO algunos jóvenes que a mediodía de ayer se quedaron con la cara partida en la avenida Domecq cuando se enteraron de que Valentino Rossi no iba a descubrir su estrella del Paseo de la Fama. Si este acto tiene su atractivo es porque los aficionados pueden acercarse a ese ídolo que generalmente ven por televisión o desde la Pelouse. Por ello, el Ayuntamiento y el circuito no deberían haber aceptado que el italiano descubriese su estrella dentro de su 'hospitality' en e trazado jerezano y lejos de la esencia de cualquier deporte, los aficionados. Los argumentos en su defensa podrán ser variados (estaba concentrado para la carrera, decisión del equipo, ...) pero son inadmisibles para esos jóvenes que se levantaron esperanzados de hacerse un 'selfie' con el nueve veces campeón del mundo. El de Yamaha será el más laureado de la parrilla actual pero no ha estado a la altura para recibir de Jerez la estrella número 10 del Paseo de la Fama.
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