Miguel Gracia de Torres

Gonzalo Fernández de Córdova y Topete. Marqués de Grañina. In memoriam

25 de junio 2024 - 01:59

Han transcurrido más de nueve años desde que falleció en Sevilla Don Gonzalo Fernández de Córdova y Topete, Marqués de Grañina.

Gran cariño y mucho respeto los debidos a la memoria de un hombre intachable. Caballero, educado, simpático, muy culto y religioso. Siempre resultaba agradable estar con él.

Don Gonzalo fue durante unos años mi profesor de equitación, cuando impartía a diario su magisterio a los alumnos del Aula Hípica de la Yeguada Militar, hoy desaparecida y que se ubicaba en la Avenida Alcalde Alvaro Domecq de Jerez de la Frontera. Escuela de jinetes que creó el tan recordado y querido, entonces Comandante del Arma de Caballería, Don José Manuel de Zuleta y Carvajal, Duque de Abrantes (qsgg).

Todos sus alumnos éramos muy jóvenes, podíamos ser sus hijos, pero la diferencia de edad no pesaba en el trato, no te dabas cuenta de ello, porque era como nosotros, un chiquillo. Disfrutaba con lo que hacía y te lo transmitía.

Señor de ilustre alcurnia por los cuatro costados que, siendo Marqués por doble tirada y Grande de España, era la sencillez personificada.

Militar de profesión, aunque ya retirado, era un consumado jinete que dominó prácticamente todas las disciplinas hípicas. Lo recuerdo en aquellas clases siempre montado en su yegua negra pura sangre inglesa, de mucha alzada, careta y calzada, con la que evolucionaba ante nuestra mirada de asombro, pues tal era la perfección de los aires y los movimientos, jamás se le notaba una ayuda.

Recuerdo lo bien que trataba a todo el mundo, al personal, a los alumnos a sus compañeros de armas, nunca una palabra fuera de tono, nunca un mal gesto, siempre sencillez, simpatía, educación, y con nosotros, sus alumnos, derroches de bendita paciencia.

Han pasado más de nueve años desde que nos dejó pero seguro que ahora estará dando clases en la Yeguada de San Pedro, montando sus magníficos caballos alados con todos aquéllos que en este mundo fueron jinetes o simples aficionados a la hípica, y están allí con él, en las azules praderas del Cielo, cabalgando de estrella en estrella.

Qué buen recuerdo dejó en Jerez de la Frontera, donde todos le querían. Todos. La Ciudad reconoció la hombría de bien, la trayectoria y labor en favor de la hípica de Gonzalo Fernández de Córdoba, Marqués de Grañina, otorgándole el preciadísimo galardón del Caballo de Oro en 2007.

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