
Línea de Fondo
Santiago Cordero
Orillera real
Siempre me he considerado un privilegiado de la radio, desde que limpiaba el coche de mi padre escuchando a Ladrón de Guevara retrasmitiendo el Xerez hasta cuando la vida me dio la oportunidad de hacerlo yo. Mi primer desplazamiento en solitario para Radio Popular de Jerez fue a la Coruña, en Riazor el Depor se impuso al Xerez por dos goles a uno.
Tuve la suerte de coincidir en mis inicios con grandes comunicadores y profesionales que me enseñaron todo lo que sé. Ignacio Estrade fue quien me descubrió por así decirlo. Él me dio la posibilidad de conocer la prensa deportiva desde dentro. A su lado estuve como comentarista en Chapín y en mi primer Mundial de Motociclismo. Recuerdo que me dio la primera grabadora de cassette para que hiciera entrevistas al final de los partidos a jugadores y entrenadores.
De Radio Arenal pasé a la redacción deportiva de Cope Jerez. Allí tuve la fortuna de encontrarme con Manolo Morales. El oficio de la radio lo aprendí a su lado. El pulió mi forma de expresarme, de entrevistar e infinidad de trucos técnicos, tan útiles en aquella época analógica, para poder estar en el aire a la hora indicada. Una vez fuimos a La Rosaleda para radiar un Málaga–Xerez. Yo iba de apoyo junto a los banquillos. El caso es que el inalámbrico falló y tuvimos que recurrir al invento (un armatoste casero creado por Arturo) que iba como un tiro, pero que cuando lo utilizaba se metía en la frecuencia del resto de emisoras de radio. Ese no fue el único inconveniente aquella noche, lo peor era que yo no tenia retorno, así que no sabía cuándo ni qué hablar. Antes del partido Morales ideo una solución de emergencias: “Cuando yo te de paso encenderé este mechero desde la cabina de retransmisión, entonces entras y respondes a la misma pregunta siempre: ¿Cómo está el ambiente a ras de cancha?”. Así que pasé todo el partido mirando hacia la cabina de Morales y cuando veía la llama anaranjada mientras veía algo de fútbol, intervenía en la narración del partido.
Aunque al final no terminamos como hubiéramos deseado, Andrés Cañadas fue especial por muchas cosas, pero entre otras por frases como la que una vez me dijo en su despacho. El mito de que lo escuchaba todo se me hizo realidad aquella mañana: “Ayer te trabucaste y te hiciste un lio en la entrevista” a lo que yo le rebatí exponiendo mi posición: “Don Andrés, es que quise improvisar y no me salió bien”. Entonces él sentenció: “En la radio la mejor improvisación es la que mejor preparada se tiene antes de aparentar una improvisación”. Me enseñó el respeto por la audiencia, por los entrevistados y por el medio al que representaba. Encima, siendo muy joven me hizo uno de los regalos profesionales más grandes que he tenido, llevar la redacción deportiva de Radio Popular de Cádiz con el Cádiz CF de los Mejías, Mágico o Kiko en Primera División.
Hace unos días empecé a ver noticias con motivos del día mundial de la radio, en redes sociales me aparecieron fotos de aquella época y entonces rememoré a aquellos maestros de la radio que me ayudaron a ser un profesional de la comunicación. Va por ellos este artículo.
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