Imágenes y letras

Para satisfacción de los que gustan ver complementadas las obras literarias con imágenes que, a su modo, amplíen su comprensión, en estos momentos coinciden cuatro recomendables exposiciones. Quizás se trate de coincidencias en el tiempo, pero merece la pena comentar un fenómeno poco habitual en el tratamiento de la cultura andaluza. Puede iniciarse el recorrido con la exposición que, en Sevilla, ha sabido recuperar unas imágenes –considerando también como tales los documentos– que reúnen, en un mismo espacio y con entrañable naturalidad, a los hermanos Antonio y Manuel Machado. Todo un logro, visual y simbólico, al que da vida un catálogo que cumple con la misión a la que debe aspirar todo catálogo bien planificado. Otra recuperación, más que necesaria, ha sido organizada por la Universidad de Granada. Una muestra tras la que figura la voluntad, siempre lúcida y activa, del profesor José Antonio González Alcantud. Entre las deudas pendientes con nombres básicos del pensamiento español, la de Américo Castro era la que más sonrojaba. La Universidad granadina, con este gesto, ha rescatado a uno de sus más insignes alumnos. Imágenes y catálogo rinden tributo a este exilado, influyente estudioso de la España conflictiva. Para los restantes pasos hay que adentrarse en Madrid. Allí, en la Biblioteca Nacional, su acertada serie de rescates enfoca, en estos días, a una escritora almeriense: Carmen de Burgos, Colombine, que, al no haber sido asimilada a la Generación del 27, ni haber figurado en la foto de ese mismo año del Ateneo sevillano, le cuesta encontrar su sitio en la literatura andaluza. Por fortuna, la editorial Renacimiento, atenta siempre con este tipo de escritores descolocados, ha reeditado, en los últimos tiempos, casi una decena de sus más interesantes títulos. Cabe esperar que esta reivindicación de su imagen, desde Madrid, aliente la difusión de la literatura de una almeriense que sufre el desamparo que, en Andalucía, provoca haber nacido en tan lejana provincia. También Madrid, acoge en el Museo Reina Sofía, una exposición atrevida y ambiciosa: En el aire conmovido. Aunque vinculada al 27, se abre en este caso a un horizonte poco transitado: descifrar el sentido del duende, una de esas palabras claves que, desde la célebre conferencia de García Lorca, ha convocado numerosas interpretaciones. Entre ellas las muy elaboradas por José Javier León en dos espléndidos libros, publicados por Athenaica. En esta ocasión se enfrenta al reto el escritor francés Didi-Huberman, comisario seleccionador de las imágenes y autor del texto de un catálogo lleno de sugerencias.