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La ciudad y los días
Como vivimos inmersos en un falso periodismo fabricante de bulos que obedece a intereses dudosamente –mejor: nada– democráticos, actuando como la trinchera digital (o de papel y radiofónica también, ¿por qué no?) de las hordas que manejan la máquina del fango, tras oír lo que oigo, creyéndome ante un fake, acudo directamente a la fuente: la web del PSOE andaluz. Y me encuentro con este titular: “Ángeles Férriz: Moreno Bonilla es el jefe de la banda del PP que desplegó una cacería política, jurídica y mediática para llegar al Gobierno de Andalucía”. ¡Sopla! Uno de los dos partidos mayoritarios de España, y el que ahora gobierna Andalucía, es una banda. Y el presidente de la Junta, Moreno Bonilla, su poderoso jefe, capaz de desplegar una cacería política, jurídica y mediática para llegar a ser presidente manipulando las instituciones políticas, sirviéndose de los jueces y los tribunales, y servido la prensa adicta. ¿Y los votos de los ciudadanos? ¡Quién sabe! Los honrados, deduzco, debieron votar engañados y lo que no fueron engañados no eran honrados, sino cooperadores necesarios del turbio juego –una cacería, nada menos– urdido por Moreno Bonilla y su banda.
Sigo leyendo las palabras de la señora Férriz: “El montaje que llevó a Moreno Bonilla al Gobierno andaluz, de la mano de la ultraderecha y de la más indecente y repugnante cacería política de la historia de la democracia… Sin esta cacería política, jurídica y mediática contra el PSOE y personas inocentes, los andaluces y andaluzas nunca habrían hecho presidente a Moreno Bonilla, porque ahora vemos que su máxima es cargarse todos los derechos conquistados por el pueblo andaluz… La cúpula de esta cacería sin límite que lleva a la cárcel a inocentes se sienta hoy en San Telmo… [La ciudadanía andaluza] tiene que saber que cooperadores necesarios [de esta estrategia] han sido premiados con altos cargos que hoy ocupan en la Junta y sus organismos… [El PP] no podía gobernar limpiamente [por lo que] se dedicó a destrozar a servidores públicos y ejemplares y a sus familias y a manchar el trabajo y la historia del PSOE, como si fueran auténticos sicarios de la política que matan políticamente al adversario”.
Fuerte, pero a la vez lógico, que lo que empezó con una banda y su jefe termine con sicarios que matan políticamente. Un puro, un sombrero borsalino y un abrigo Chesterfield para Moreno Bonilla ya.
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Gracias, Errejón