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In vino veritas. Quien se considere bisoño e incluso lego en la materia -me refiero al vino y no a la verdad- debería tomar buena nota de cuanto aquí seguidamente entrecomillaremos para así optar sin más dilación por la pronta visita a las céntricas bodegas Cayetano del Pino. Quintaesencia de universal jerezanía. Tomo asiento en el interior de las mismas con David Puerto Román, responsable de Marketing y Comunicación, y Yago Yerga Vadillo, del Centro de Visitas y del Archivo Histórico de tan prestigiosa casa. Ambos -¡salta a la vista!- excelentes profesionales familiarizados -y nunca mejor usado el término- con esta firma que en la actualidad vive, por así decirlo, una segunda etapa dorada. Enseguida pasamos a considerar las bondades de una empresa cuya idiosincrasia amalgama no pocos hechos diferenciales: “Cayetano del Pino -afirma David- es una bodega histórica, una bodega que ha tenido diferentes fases, altibajos como todo en la Historia, en este caso la de Jerez. Una bodega que ahora está viviendo como una segunda juventud o una segunda edad de oro, desde que llegó Fulgencio Meseguer, en tanto se le ha hecho una inversión bastante importante, y se le ha vuelto a poner en valor como en aquella primera etapa en la que Cayetano del Pino era una de las bodegas más notables del Marco de Jerez. Curiosamente antes de que se inaugurara, por así decirlo, la Denominación de Origen. La instauración de la Denominación de Origen coincidió con el cese de la actividad a nivel de botella de cristal de Cayetano del Pino”.
Yago comenta que “la historia de la bodega va en paralelo a la historia de Jerez. Parte de una familia de origen humilde que va construyendo casi un imperio. Porque está presente en todos los continentes, ocho agentes comerciales en Latinoamérica, una casa comercial en París, y es bastante famosa -y en Jerez así se considera- por las etiquetas y por otro aspecto que no es tan conocida: las patentes para proteger sus productos. Aquí tenemos registrados en el Boletín Oficial del Estado veintitantas patentes de nuevos productos, de productos anti-fraudes, de inventos, todo en torno a unos hechos muy curiosos. En esta bodega buscamos que haya calidez y cercanía. Actualmente está la cuarta generación de la familia del Pino, tanto con el capataz como con una de las comerciales. Que una bodega de Jerez siga manteniendo esa esencia familiar le otorga un plus, un significativo hecho diferencial. La bodega se está profesionalizando en muchísimas áreas diferentes”.
David Puerto, periodista de vocación y formación, añade que “es verdad que, pese a la profesionalización, que es una bondad, y a veces se puede presentar con un handicap porque cuando algo se profesionaliza puede volverse más distante, menos familiar, pero no es menos cierto que, en nuestro caso, como un distintivo incluso, esa familiaridad permanece en la bodega tanto en el equipo, que nos llevamos como una familia, no somos un equipo sino ciertamente una familia, como en el trato al visitante, que a su vez es cercano. Siempre intentamos que sea una recepción, una visita, un recibimiento muy hombro con hombro. Donde el visitante pueda preguntar aquello que desee y nosotros responderemos de primera mano, porque lo estamos viviendo día a día en esta casa. Procuramos que, si visitas Cayetano del Pino, te sientas uno más. Evitamos todo indicio de frialdad”. La historia de Cayetano del Pino es un 20% de lo que es y entraña en sí la bodega. El visitante busca toda la realidad, los antecedentes y el presente, del Marco de Jerez, tanto la viña, el proceso de elaboración… “y así lo proyectamos, para que no se circunscriba a una visita egocéntrica. Solemos nombrar a otras bodegas, otros hechos relevantes, otros acontecimientos reseñables. Hacemos muchísima referencia al devenir histórico de la ciudad, el famoso siglo XIX bodeguero… Aspiramos a que la gente salga muy informada, tras pasar un rato igualmente divertido, enriquecedor en suma”.
La filosofía de la bodega es, por ende, que las visitas siempre se caractericen por su valor didáctico, por su sentido acogedor, por su aportación ilustrativa, visual. El máximo responsable de Comunicación aporta un dato definitivo y definitorio: “La clave estriba en que el visitante se enamore del mundo del vino de Jerez. Ese es el principal objetivo. Contamos, sí, la trayectoria de Cayetano del Pino, por supuesto, pero sobre todo qué ha significado el Marco de Jerez desde que llegaron los fenicios y nos trajeron la vid, para empezar a crear viñedos en esta zona, en el 1100 antes de Cristo, hasta la actualidad. Y que te enamores del jerez. Sin descartar, como es obvio, hablar de nuestra bodega. Porque tenemos muchos rasgos diferenciales. Y finalmente daremos a catar nuestros vinos, que es cuanto refrenda toda la información que estamos contando durante la visita. Si te enamoras del jerez, viniendo a Cayetano del Pino, estamos haciendo también un gran favor al Marco de Jerez. Si vienes a Cayetano del Pino, acabarás visitando también otras bodegas de renombre de la ciudad. Y a la inversa, los que visiten otras bodegas, acabarán viniendo aquí. Todos tenemos que remar unidos, tenemos que avanzar juntos, porque al final ganamos todos”.
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