Jerez: la Hermandad de la Viga y la búsqueda de Dios a través de la madera

Jerez Íntimo

Belén de la Cuadra, Andrés Luque y Eduardo Salazar. 
Belén de la Cuadra, Andrés Luque y Eduardo Salazar. 

24 de febrero 2025 - 06:59

Imponer a machamartillo la preeminencia de unos actos sobre otros, al hilo de la agenda de actividades que se despliega a diario ante los jerezanos, entraña una suerte de especulación sobre la libertad electiva de cada cual. No existen convocatorias top ni ofertas más o menos culturales de segunda clase. El target de público se presupone libre. La oferta, diversa y no dispersa. El adoctrinamiento de las masas -tan en boga en otras localidades no precisamente andaluzas- parece abocado a un cierto anacronismo por veces fuera de órbita. Ya aseguró Camilo José Cela que no existe prenda como la vista ni actitud como la independencia. También dijo que el pentotal sódico es el suero de la verdad. Y a este tenor -a la verdad cristalina- deben someterse quienes juntan letras en papel prensa. Por esta razón -sin condicionantes- derramo hoy tinta china -como las cuatro bocas en el pecho de los versos de Lope de Vega- al hilo de una ponencia de altos vuelos académicos que el pasado viernes noche organizara en el Palacio de Villapanés la Hermandad del Santísimo Cristo de la Viga. No es la corporación catedralicia de las instituciones que sufren el esguince de la atonía. La Viga -que no jalea la autocomplacencia- está bordando cuanto a tan excelso instituto concierne. Personalidad propia, sobriedad y carácter identitario. ¡Enhorabuena a sus dirigentes encabezados por Eduardo Salazar

La serie de conferencias bajo el epígrafe ‘Via Christi’ ha dado que hablar. Asisto -ya digo- a la dictada el viernes por el eminente profesor Andrés Luque Teruel, doctor en Historia del Arte, miembro del Cabildo Alfonso X el Sabio y de las comisiones asesoras de patrimonio de la Hermandad de la Macarena de Sevilla, asesor histórico-artístico de la sevillana Hermandad del Dulce Nombre y, por si fuera poco, alcaide del Real Alcázar de Sevilla. Alto honor esta última asignación en tanto ocupa idéntico cargo que otrora desempeñara el periodista y poeta Joaquín Romero Murube. El salón de actos de Villapanés registró un lleno hasta la bandera. Allí se congregó una concurrencia selecta. Saludo, entre otros, al académico, hermano mayor que fue de la Amargura y asimismo antiguo presidente de la Unión de Hermandades Francisco Garrido Arcas; los hermanos mayores del actual Pleno Eusebio Castañeda (Loreto), César Augusto Díaz (Esperanza de la Yedra), José Ignacio Verdugo (Cristo del Amor); hermanos mayores que fueron tales Manolo Salado (Perdón), Ángel Heredia (Clemencia), Andrés Cañadas (Sacramental de Santiago), Antonio Jaén Pacheco (Angustias), Eduardo Velo (Loreto); Juanma López NarbonaBelén de la CuadraPaco Toro -destacado cofrade del Santo Crucifijo de Jerez y de Santa Marta de Sevilla-, Mónica Holgado Cobos, Beatriz VegaManolo DoñaCarlos GaviraJuan Antonio Benítez, el catedrático de Lingüística General Miguel Casas Gómez.

Podemos consignar, sin temor al equívoco, que Andrés Luque es un embajador plenipotenciario de la búsqueda de Dios a través de la madera, en tanto tal que así tituló su amena y muy fundada charla ante un auditorio que, ya digo, colgó el cartel de ‘no hay billetes’. Andrés no se metió en camisa de once varas, que es cuanto en el argot de la investigación alude a dar por cierto un dato indemostrable. Francisco de Quevedo adujo que la madera es la leña más preciada para avivar las calderas del infierno. Quevedo destacó como escritor total pero ni por asomo atisbó que en la madera también habita la iconografía del cielo. Habló Andres de la pasión por el arte que desecha la subjetividad del gusto, en tanto la historia se hace con datos objetivos. Incluso las interpretaciones hay que fundamentarlas. Quiso dejar por sentado que hasta finales del siglo XV no son necesarias las imágenes para rezar: será entonces cuando entran en danza los escultores figurativos. En cuanto al origen de la talla del Cristo de la Viga comentó que “las vigas se ponían antes de que se pusieran las rejas (no quedaron en su sitio casi ninguna aunque en la Catedral de Sevilla sí se conserva una para la observación del público), el titular de la Hermandad que nos acoge es una imagen tardogótica con gran rigidez de Cristo muerto en la cruz”.

¿Qué tiene el Cristo de la Viga del gótico?: los pies forzados, los brazos en paralelo a la cruz, otro elemento propio de finales del XV: por efecto de la gravedad, las costillas se clavan en los pulmones. Por consiguiente, el de la Viga “es un Cristo muy muerto, porque es cadáver hace horas”. Al respecto del autor, no cabe duda: Francisco de Heredia, 1932 (actuó en Jerez 1922-1932). Aporta información una de las rodillas desnivelada respecta a la otra pero no tanto como en los Cristos góticos, el sudario se reforma en 1807. “Es sencillamente sublime”, remata. En cuanto a la Virgen del Socorro, “los datos objetivos nos dan muy poca información. A veces decir ‘no sé’ es lo más científico. Descriptivamente enumera algunas características de esta Virgen: esto es: ojos grandes, boca pequeña, cara redonda, frente ancha, despejada (“porque el pelo se considera erótico, sensual, de ahí la expresión ‘se ha soltado el pelo’),¿es una retalla, una reforma sobre el siglo XVI?: “con los datos objetivos que manejo, tengo un lío formado con dos épocas”. Aún así, Luque sí mantiene una conclusión nítida: “La Virgen del Socorro es una obra maestra”. 

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