Jerez y aquel verano de 1953: Martín Hidalgo, Rodrigo Daza, la procesión del Carmen… (y III)

Jerez íntimo

Pie de foto: Los jerezanos siempre han demostrado su gran devoción por la Virgen del Carmen.
Los jerezanos siempre han demostrado su gran devoción por la Virgen del Carmen.

17 de julio 2024 - 02:06

Ayer martes -¡qué día más significativo en el calendario estival de los jerezanos!- fueron felicitadas todas las Cármenes de la ciudad. También los Carmelos. En mi lista de contactos del teléfono móvil figuran cuarenta y tres Cármenes y seis Carmelos. Todos guardan un rasgo común: enarbolar el emblema de ser buenas personas. Sirva esta nota bene para dar continuidad al omnipresente artículo periodístico estructurado en tres entregas. Resituémonos. El verano de 1953, en Jerez, fue tan apacible como caluroso. Algunas tardes los mosquitos -los muy fieros- hacían de las suyas. No así las moscas -más prudentes y batidas en retirada-. “He matado una mosca./ Soy un criminal menor./ ¿No es esto olvidarse del mundo?”, escribió Carlos Edmundo de Ory. El verano registró el enlace matrimonial de Ana María Giménez Clavijo y Carlos Delage Ferrero. La boda tuvo lugar en el Santuario de Regla (Chipiona) y bendijo la unión el sacerdote párroco de la citada villa, así como ofició la misa el superior del Santuario fray Bernardino Ocerín Jauregui. Apadrinarían a los nuevos esposos Manuel Giménez Fernández y Pilar Ferrero, de Delage. Testificaron el acto por parte de ella José Conradi, Rafael y José M. Delage, Miguel Sánchez Ayala, Gabriel Navarro Rincón, José Jurado y Teodoro García-Pelayo. Y por parte de él: Eduardo Clavijo, Luis y Pedro y Javier Giménez Clavijo, Manuel Darnaude Rojas-Marcos y José Casquero. El matrimonio, feliz y flamante, partió dirección a Canarias y así comenzar su viaje de nupcias. El 31 de mayo, y de manos del abad muy ilustre señor Pedro Riaño tomaron la Primera Comunión en la entonces iglesia Colegial los alumnos y alumnas de la Escuela de Santa Luisa, a quienes acompañaron sus profesores y también compañeros. El 2 de junio el Cine Santiago proyectaba la película ‘Huellas de terror’, con Bob Steele.

Durante toda la jornada del 16 de julio no cesó el secular y tradicional testimonio de la devoción profesada en la ciudad a la Virgen del Carmen. Ayer y hoy. Miles de devotos pasaron por el templo carmelitano. Los “morses” de la Central de Telégrafos, a pesar del relativo alivio de los telegramas, se las vieron y desearon en su incesante tecleo de frases de felicitaciones para las Cármenes allende nuestras fronteras. A las seis de la mañana se abrieron las puertas del convento para la primera misa del día -que siguió celebrándose sin interrupción hasta las once-. A dicha hora, y con el templo abarrotado de personas, se celebró la Función Principal oficiada por el ex-asistente general de la Orden fray Andrés de Jesús Leal, asistido por fray Gabriel Moreno y fray Isidoro Maya. Al Evangelio ocupó la cátedra sagrada el comendador de la Merced fray Fermín Álvaro Gracia Gómez -quien, en discurso elocuente, cantó las glorias del Carmelo para resaltar la coincidencia de fervores que unen a mercedarios y carmelitas-. A ambas las considera órdenes hermanas.

Musicalmente hablando hemos de referirnos a la capilla de esta sede carmelitana, que dio interpretación a la misa del siempre eximio compositor fray Carmelo Codinach.

Tras la misa el prior fray Mariano García Murillo dio a los fieles la bendición papal -privilegio especial de la orden-. Ya caída la tarde, a las ocho, se cantaron por toda la comunidad las segundas vísperas de la Santísima Virgen, con salve y bendición eucarística. A lo largo de la jornada fue multitudinario el desfile de devotos por el interior de dicha iglesia, embellecida con sus mejores galas, para lucrar las indulgencias concedidas con motivo del Jubileo del Santo Escapulario -que finalizaría a las doce de la noche-. El 17 de julio comenzaría el septenario predicado por fray Andrés de Jesús Leal. Como era costumbre, el 25 de julio celebraba fiesta especial la fervorosa Hermandad de Caballeros de Nuestra del Carmen, a la que corresponde siempre cerrar los brillantes cultos dedicados a la reina del Carmelo. A las once se celebró en la iglesia de los PP. Carmelitas la función principal y, ya por la tarde, el grandioso recorrido procesional con el recorrido de costumbre.

En sendos actos religiosos estuvo el capitán general del departamento Marítimo de San Fernando el almirante Guillermo Díaz del Río y Pita da Veiga. A estas fiestas religiosas asistieron las autoridades de todas las órdenes, comisiones militares y de la Marina. Para la procesión de la tarde llegaron de San Fernando representaciones de todos los cuerpos de la Armada y fuerzas de Infantería de Marina con bandas de música, cornetas y tambores al efecto de tributar los correspondientes honores. Asimismo una batería del Regimiento de Artillería número 74 con estandarte, escuadra y bandas. También, y dispuesto por el ministro del Ejército, y para significar honores de capitanía, general, una Compañía del Regimiento de Infantería Nuestra Señora de la Cabeza 58 con bandera, escuadra y bandas.

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