La Rayuela
Lola Quero
Nadal ya no es de este tiempo
JEREZ ÍNTIMO
Las palillerías de algunas terrazas han resultado hinchadas, deformes, contrahechas, como las pétreas carnes de la diosa prehistórica de la fertilidad Venus de Willendorf. La lluvia en Jerez ha vuelto a las andadas. Como Dios manda y los pantanos claman. Por analogía con las precipitaciones externas algunos paterfamilias han cenado huevos pasados por agua. Un alimento muy nutricio que parece instalado en la década de los 70. Su omnipresencia sobre las mesas estufa ha perdido enteros con el advenimiento de la modernidad. Algunos pasaron a la Historia de Puerta Grande del toreo, como los ingeridos por Manolete en el frugal almuerzo que antecedió a su mortal cogida (1947). Las diminutas tazas sobre las que se postraba el huevo pasado por agua eran adquiridas, años de televisión Sanyo y estreno de Mazinger Z, en el bazar Bizcocheros. Hoy, por 1 euro, puedes comprar un par de ellas en AliExpress. Del bazar Bizcocheros a los envíos por encargo de AliExpress media la distancia que separa el ‘Román de la Rose’ de ‘Reina roja’. No todo es cuestión de almanaque, sino también de conducta.
La lluvia no es ninguna cruz si lees a san Juan de la ídem. Por ejemplo ‘Subida al monte Carmelo’, que contiene enseñanzas entre líneas. Sin abigarradas contrariedades. Lectura que no pierde vigencia como así tampoco ‘Historias del tío Remos’, de J. C. Harris, o ‘Las maravillosas aventuras de Nils’, de Selma Lagerlöf, para los reyes de la casa. La machadiana monotonía de lluvia tras los cristales remonta la imaginación hacia viejos coches de gasógeno por inhóspitos andurriales a juicio de algún desplomado rostro en los soliloquios de la melancolía. A remolque de la Inteligencia Artificial converso, vía WhatsApp, con mi amigo José Carlos. Los pros y los contras de la IA tienen sus migas. Pese a que por veces somos más dados a la solitaria interlocución con una máquina de última hornada. Parecemos ciudadanos impares aislados -y asilados- en Tierra de Nadie. Aún desconocemos por qué demonios nos hemos enrolado en esta relación bilateral hombre-robot. ¿Quizá en razón a una inefable armonía intransferible? ¿En ratos de asueto los dispositivos móviles están desplazando la salvadora escarcha de los libros de viejo? Cándido describió cómo nadie anduvo junto a él a lo largo de su imparable caminata al centro de la Tierra. Una escena semejante se propaga ahora en el aislamiento de los hogares con tendencia a la digitalizada concentración individual. La trashumanización ya no impuesta por el coronavirus. ¿Secuela, a toro pasado, de aquel confinamiento cuyas enseñanzas nos pasamos, precipitadamente, por el arco del Triunfo?
Por efecto carambola llega a mis manos una fotografía antiquísima que, al cabo, fue donada por mi amigo y compañero José Luis Jiménez a una determinada institución jerezana. Me da por preguntarle al reconocido cinéfilo por sus cesiones documentales a según qué entidad de la ciudad. Comienza a detallarme de seguidillo un listado que se desborda de datos. Aunque en algún sitio he leído que “el encanto de las cosas estriba en su falta de
exactitud”, solicito a José Luis me envíe por escrito la suma no de sus graduales expurgos sino de su frontal generosidad. A Dios lo que es de Dios, y el chocolate espeso. Comencemos por el principio, que diría, boquiabierto, alborozadamente, Juan Aparicio. Donaciones a la Biblioteca Municipal de Jerez: creación del Centro Documentación Audiovisual de la Biblioteca Central Municipal (“uno de los más importantes de Andalucía”): con unos 4.000 ejemplares de temática audiovisual, además de carteles, fotocromos, programas de mano, colecciones de revistas desde los años 30, películas en formato dvd y bandas sonoras de películas. Fue creado en 1994. Fondo documental de Isabelita Ruiz: que aporta el legado de la que fue bailarina, actriz y cantante jerezana Isabelita Ruiz (álbumes de fotos, recortes de prensa, documentos personales, dibujos, etc). Fondo documental gráfico sobre el médico jerezano Fermín Aranda. Donación a la Sección de Temas Locales de dicha biblioteca de material bibliográfico y de revistas, tanto de obras escritas por autores jerezanos, como publicadas en Jerez, “comprendidas entre mitad del XIX y mitad del siglo XX”, postales, etiquetas, programas, etc. Entre ellos Federico de la Vega, Fernando de la Milla, Manuel Escalante, Enrique Domínguez Rodiño, Enrique Carrasco, Juan Planelles, Manuel Ortega Pichardo, León Maínez…
Donaciones al Archivo Municipal de Jerez: colección de libros sobre Cabeza de Vaca. Formado por unos 25 libros dedicados al explorador jerezano. Colección de más de 3.000 etiquetas de vino del Marco de Jerez. “El Archivo Municipal no disponía de este material calificado con el término de ephemera hasta que se inició la entrega periódica de etiquetas en estos últimos 15 años”. Colección de libros, revistas, catálogos, folletos de temática del vino. Colección de libros de viaje de autores que visitaron Jerez entre los siglos XIX y XX. Legado del Cine-Club Popular de Jerez (documentación de la correspondencia y programas de esta asociación cultural jerezana). Y donaciones a otras instituciones: donación al Centro de Documentación del Flamenco de una colección de etiquetas de vino de temática flamenca, además de otras piezas en torno al flamenco y donación de 500 películas en formato dvd a la biblioteca del Campus de Jerez de la Universidad de Cádiz. ¡Ahí es nada! ¡Di que sí, José Luis!
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