Jerez: la Yedra y la cabalgata de Reyes Magos

Veteranos cofrades de la Esperanza que han sido homenajeados.
Veteranos cofrades de la Esperanza que han sido homenajeados.

10 de enero 2025 - 06:59

Alfa: Que las Hermandades tributen reconocimiento a los cofrades antiguos y a quienes han desarrollado una inocultable labor dirigente en pro de la corporación contribuye a trazar una espiga dorada bajo el sol -en efecto: una espiga de perseverancia dorada por el paso de los años-, tal la letrilla de la canción que cantaban en la Primera Comunión los alumnos del colegio la Salle sito in illo tempore bajo el eco mañanero de la Alameda Cristina. “Una espiga dorada bajo el sol, el racimo que corta el viñador, se convierten ahora en pan y vino de amor, en el cuerpo y la sangre del Señor”. Quien -en singular- no da su sitio e incluso desprecia a quienes le precedieron mancilla la inviolable realidad de la Historia (de su institución). Haberlo, haylo. No así la Hermandad de la Yedra, que prácticamente antier, esto es: el pasado mes de diciembre, ha homenajeado a los cofrades cuya antigüedad atesora mínimo 75 años de permanencia en el censo. O libro de miembros. La constancia, aparte virtud, propende a la experiencia, que es grado.

Por esta razón la Hermandad de la Yedra merece hoy la constatación periodística de un subrayado que nadie ha solicitado. Sucedió al término del tercer día de triduo a Nuestra Señora de la Esperanza. Aquellos hermanos que cumplen o rebasan los mentados 75 años de oficial veteranía recibieron su correspondiente insignia. En la fotografía que ilustra esta columna brillan implícitamente -puestos a sumar- cerca de 500 años de orgullo de pertenencia. ¡Ahí es nada! César Díaz, hermano mayor de la corporación, puso en valor la fidelidad de este auténtico senado de hombres de Fe. ¡Enhorabuena tanto a quienes pudieron hacerse presentes en dicho homenaje -Juan Ángel Fernández Ortega (número 1 de la Hermandad), Alberto Román Martín (número 2), Antonio Martínez Beas (número 3), Carlos Martínez Beas (número 6), Francisco Villegas Muñoz (número 8), José Antonio Salido Valle (número 9)- como, ante imponderables personales que impidieron la asistencia, a aquellos otros que igualmente fueron nombrados y ovacionados por la concurrencia -Julio Villegas Muñoz (número 4), Juan Eloy Domínguez Ramírez (número 5) y Manuel Rodríguez Comez (número 7)-!

Beta: Por suelto y por largo se habla de los prolegómenos de la Navidad. Adelanto de turrones con mangas cortas. Para quienes amamos hasta el tuétano esta envolvente tradición todo prólogo nos parece corto. En Semana Santa las vísperas se disfrutan más que la celebración en sí de los días pasionales, tan fugitivos como el pliegue del ala de un pensamiento esquivo. No así la Navidad, cuya pasión y cuyo carpe diem se mantienen antes y durante e incluso después. El después de la Navidad apenas se somete al arbitrio público. Pero merece su conque. Al hilo de los prefacios navideños, se nos antoja necesaria esa normativa reguladora de las zambombas que anuncia María José García-Pelayo. Como diría Camilo José Cela, hay que poner coto a ciertos desmanes. Por el contrario, y al margen de determinadas -ya digo- regulaciones, no peque Jerez de derrotista sin causa. Quiero decir: la zambomba se ha convertido en un fenómeno social que a su vez ya es seña de identidad. Toda fenomenología imbrica acuerdo tácito. No castiguemos demasiado aquello que funciona -y que atrae y provoca la convivencia no impostada- y cuya evolución puede optimizarse en según qué parámetros.

Mejoremos aquello que sea susceptible de mejora. Verbigracia: permítaseme incienso y carbón para la Cabalgata de Reyes Magos, cuya calidad escénica del cortejo debe ser directamente proporcional a la magnitud de ilusión de los niños jerezanos. Comienzo por el cuarto y mitad de carbón, siempre con ánimo constructivo: la cabalgata debe permanecer idéntica de recursos humanos y provisión de caramelos de principio a fin. La expectación de un chiquillo que la observa en su salida es idéntica a la de aquel otro que la alcanza en la zona de Madre de Dios. Algunos personajes figurantes no deben abandonar la comitiva calles antes de que finalice el itinerario. Porque pueden empobrecer los tramos entre carrozas. Poseemos una de las mejores Navidades del suelo patrio. Y la imaginación, la regeneración y la escenificación de la Cabalgata han de calzar acorde con la alteza de miras…

Habría que dar una vuelta de tuerca. Se podría contar, es un poner, con las compañías de teatro, tanto amateur como profesionales que gravitan en derredor. Sumar voluntariado de asociaciones vecinales. Subir, por compensación y por combinación, la edad de quienes integran tan real cortejo. Más ilustración musical. Tematizar de cuando en vez la contextualización de la cabalgata, como brillantemente este año ha escenificado Cádiz con el cine como hilo conductor. Ahora el incienso. Para dos aspectos. Primero: el acto de la adoración. De bien para muy arriba. Segundo: la generosidad de los Magos de Oriente al decidir, en un esfuerzo ímprobo, adelantar un día su visita por las calles jerezanas. Para que los niños no quedaran pasados por agua. Tan sencillo como esto. Los Reyes se adelantan todos los años varias veces y por diferentes sitios. Los vemos en instituciones, en centros comerciales, Hermandades, empresas, etcétera. Y nadie nunca puso el grito en el cielo. Ese cielo que ahora, presos de la nostalgia, recordamos con una sonrisa tan larga e iluminada como la Estrella de Belén.

Grimaldi
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