Quizás
Mikel Lejarza
Toulouse
NO es fácil ni habitual ponerse en la piel de quien debe afrontar enormes dificultades para lograr sus objetivos. Los más común y sencillo es “subirse al carro ganador cuando ya todo va de perlas”. A los éxitos asegurados o ya consumados, todo el mundo se apunta. Les pondré dos ejemplos recientes, públicos y notorios: el pasado domingo 26 de marzo de 2017, Maverick Viñales subió a lo más alto del podio en el Gran Premio de Qatar y, con esa última imagen suya victorioso, alzando el trofeo de vencedor, mucha gente pudo tener la errónea sensación de que todo había sido un camino de rosas para que el genial piloto ganase su primera carrera con la moto que ha ‘heredado’ de Jorge Lorenzo. Pero no, los genios no irrumpen en un abrir y cerrar de ojos, comienzan a forjarse desde la cuna, e incluso antes de que nazcan, con todo el dolor del parto que corresponde a sus madres.
Maverick, con sólo 21 años de edad, ha llegado a lo más alto de MotoGP sudando la gota gorda, con un curriculum de campeón en 125cc y sólo dos años de experiencia en la categoría reina como piloto de Suzuki, equipo en el que se ganó a pulso la confianza de Yamaha para hacerle compañero de Rossi y permitirle ganar ya en su debut su segundo Gran Premio de la máxima cilindrada. Curiosamente, a esa gloriosa victoria de Viñales habría que sumar también el triunfo profesional de un jerezano en ese mismo trazado de Losail. Se trata de Juan Baquero, director de esta peculiar pista qatarí, en la que, como afirmé al principio, nadie hubiera querido ocupar su puesto a la vista de lo acontecido hasta el mismo inicio de esta prueba inaugural del Mundial de MotoGP. Sin duda, el que fuera máximo responsable del Circuito de Jerez hasta principios de 2016, vivió una auténtica odisea para sacar adelante esta carrera inaugural del Mundial 2017, que estuvo a punto de ser cancelada por ¡Lluvia en pleno desierto!
Por extraño que resulte, en Qatar no llueve más de seis veces al año y, rompiendo la norma, 2017 ha ofrecido hasta ahora el mayor número de precipitaciones y bajas temperaturas en la historia del desértico país, con una máxima 1,5 grados celsius el pasado 5 de febrero, cuando la media anual es de 26º y en verano suelen superarse los 45º (con mínimas nocturnas de 25º), siendo 3.430 las horas de sol que reciben.
Pero la climatología suele deparar sorpresas hasta en los lugares más insospechados. Y así ocurrió en la ciudad de Doha, que alberga al trazado qatarí, cuando la lluvia obligó a cancelar las sesiones de entrenamientos del sábado y a formar las parrillas de salida del Gran Premio con las pruebas cronometradas del jueves y viernes. Llegados al domingo de carreras, todo el mundo miraba al cielo y, cuando tocó la hora de MotoGP, comenzó a llover. El inicio de la prueba se retrasó hasta en dos ocasiones y algunos equipos solicitaron que fuese cancelada por el riesgo que suponía competir bajo un aguacero, con iluminación artificial y un asfalto sin capacidad de drenar lo suficiente.
Pero, quién iba a imaginarse circunstancias similares en un circuito que, de hecho, tras ser inaugurado en 2004, fue el sofocante e insoportable calor el que obligó a la organización del Mundial a celebrar carreras nocturnas bajo miles de focos, todo un reto histórico que ahora prestigia a Qatar como pionero desde 2008. Y así va a seguir siendo, porque la organización del Campeonato, gestionado por la empresa Dorna con Ezpeleta al frente, y el equipo que dirige el jerezano Juan Baquero como director del circuito de Losail, acertaron a la hora de programar la salida definitiva de MotoGP, permitiendo ver una carrera memorable con Viñales (Yamaha) en lo más alto del podio, secundado por su Dovizioso (compañero en Ducati de Lorenzo, que acabó 11º en su debut) y el veterano Rossi (Yamaha) subió al tercer peldaño del cajón, recibiendo todos ellos una ‘ducha’ de lluvia, en lugar de cava, que no está permitido en este Emirato.
Baquero, que aterrizó en Qatar en enero del pasado año y ha tenido que aclimatarse con rapidez a este pequeño y poderoso país de la Península Arábiga, sigue sacando pues a flote todos los retos que se le plantean, por difíciles que sean. “Yo llegué a Jerez y el Circuito estaba en suspensión de pagos y, cuando acepté la dirección de Losail en Qatar, pensé ‘bueno ahora voy a trabajar con dinero’, pues tampoco. Pero como venía de economía de guerra en Jerez, les ahorramos un 43% en la primera parte del año. Eso nos dio credibilidad en el Ministerio y apoyan el proyecto. No en vano, hemos incrementado en un año la ocupación hasta los 178 días de una actividad que rondaba los 28 días además de los grandes eventos. Otro dato interesante es el incremento de asistencia al circuito desde que llegué a Losail. En 2016 incrementamos la asistencia en un 27% y este año otro 30%. En total, desde 2015, antes de que yo llegara a Qatar, hemos incrementado la asistencia total durante los dí as del evento un 64%”.
El reconocido y hábil ejecutivo andaluz comenta que “este primer año al frente del circuito de Losail, y con dos Grandes Premios ya a mis espaldas, ha sido un año de descubrimientos, un año duro y de mucho trabajo, pero sobre todo un año muy gratificante tanto en lo profesional,como en lo personal, pues el ver tanta gente que se acuerda de mí en España me da mucha alegría, confianza y fuerza para creer en lo que hago. Finalmente, en lo que a este Gran Premio se refiere, ha sido muy duro pero muy gratificante, hemos dado un giro de 180 grados al paddock y ahora es un paddock de primera, donde todos los equipos, Dorna, visitantes, medio de comunicación y el propio gobierno nos han expresado su enorme satisfacción con lo conseguido este añ o. A pesar del tiempo, hemos conseguido volver a incrementar la asistencia de público donde hemos podido disfrutar de unas gradas, zonas VIP y paddock a rebosar de gente y buen ambiente. Y todo eso a pesar de las inclemencias meteorológicas. El trabajo de todo el equipo del circuito durante toda la noche tanto del viernes como del sábado ha hecho que todo el mundo disfrutara de unas carreras apasionantes donde ya se vislumbra lo que va a ser esta temporada. El ser partícipe de todo esto es un honor y una satisfacción. Y si tenemos que sufrir para conseguirlo, bienvenido sea ese sufrimiento si al final las cosas salen bien.”
Algunos pensarán que con ejemplos como los de Viñales y Baquero se confirma el refrán de que ‘al mal tiempo, buena cara’, pero sería más justo afirmar que ellos son buenos en lo suyo porque se crecen ante las adversidades. Junto a Joan Mir en Moto3, fueron los tres españoles que triunfaron el domingo en el Gran Premio de Qatar. Eso es lo real, como la vida, o la lluvia misma...
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.
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