La herencia

Luto en el balonmano jerezano

El pasado sábado 5 de abril nos llegó la noticia del fallecimiento de Manuel Mejías, casi con toda seguridad la persona que más haya hecho por el balonmano en Jerez. Ocupó numerosos desempeños en pos de la promoción del balonmano. Fue delegado en la federación gaditana, miembro de la asamblea de la española, árbitro, entrenador, pero para los de nuestra generación, sobre todo, será nuestro presidente, el presidente del Club Balonmano Jerez.

En estos momentos donde se mezclan la tristeza por la pérdida y los recuerdos vividos de otra época, toma sentido las palabras que me dijeron, con orgullo, dos hermanos amigos míos, costaleros cofrades: "Yo cargo con la molía de mi padre". Y es que saber valorar la herencia, los valores de vida recibidos es lo que nos permite crecer y madurar en paz.

La educación empieza en casa con los padres, pero a medida que vas creciendo van apareciendo profesores, entrenadores y otras personas quienes con su experiencia te ayudan y te regalan conocimientos, siempre que estés dispuesto a recibirlos, que te permitirán llegar a ser lo que antiguamente se decía, una persona de bien o de provecho.

Aquel equipo cadete que entrenaba Antonio Pinto en los 80 y el juvenil que nos precedía fue la apuesta de Manolo Mejías como presidente del Club Balonmano Jerez para conseguir tener un equipo senior potente en el futuro. Años después, en una fase de ascenso en dicha categoría, apostó por llevar a los cuatro juveniles de último año para disputarla en Málaga. Todavía recuerdo el viaje de vuelta en el autobús, con la euforia por el ascenso conseguido, que nos llevó desde de la capital malacitana directamente al Real de la Feria del Caballo donde celebramos aquel hito.

Al pensar en nuestro presi, Mejías, acude a mi mente esa generación que nos moldearon. Junto a Manolo y el nombrado Pinto, personas que dieron su tiempo, algunos incluso su dinero, por el Club Balonmano Jerez. Pepe Quintana, quien empezó como delegado y terminó siendo presidente. También los entrenadores que más nos marcaron a los de nuestra generación, artífices de elevar el nivel del equipo, Pablo de la Torre , Máximo o Castellví. Sin olvidar a aquellos jugadores veteranos, que a veces a regañadientes, nos entregaron el testigo y nos arroparon cuando éramos unos novatos.

Estoy seguro de que aquellos niños que hoy pintamos canas, en mayor o menor medida herederos de estos hombres, a Manolo, al resto también, les debemos el respeto y el cariño que se ganaron. Pero ante todo, guardar esa herencia que nos han legado como oro en paño, para regalarla a los que vienen por detrás. Ahora es tiempo de llorar, querido presi, pero te aseguro que volveremos a reír recordándote.

stats