La piel del oso

En el deporte a veces se peca de arrogancia

02 de diciembre 2024 - 06:00

En el deporte profesional se suelen dar dos clases o tipos de jugadores. De un lado están aquellos que celebran la victoria tras haberla conseguido y, otros, por lo general muy fanfarrón, arrogante y con cierto nivel de engreimiento, que la celebran antes de saltar a la cancha de juego.

Probablemente el punto culminante de ese tipo de actitudes se suelen dar en las presentaciones de los combates de boxeo y estos últimos años en las luchas de MMA. Muchos objetarán que es parte del show, que forma parte del negocio, que es una forma ancestral de intimidar al adversario, pero estarán conmigo que por mucho que dos fanfarroneen, provoquen al adversario o se pavoneen, a la hora de la verdad solo uno puede vencer.

Las altas expectativas previas creadas entorno al resultado de tal o cual partido o para una temporada son las que llevan a aficionados, presidentes y directivos a cabrearse, pedir dimisiones y cesar entrenadores. Veo y escucho discursos grandilocuentes de presidentes de clubes vendiendo la piel del oso antes de cazarlo, aficiones que encumbran a esos mismos directivos para, a las pocas jornadas, mostrar en las gradas su frustración y su ira porque dichas expectativas no se ven reflejadas en los resultados obtenidos.

De esto también vivimos buena parte de la prensa. Siempre fue así, pero, de un tiempo a esta parte, se ha llegado al esperpento de discutir a gritos sobre quien va a ganar tal partido o tal liga, sin tener la aparente coherencia de que sean los jugadores quienes hablen en el terreno de juego.

Por el contrario, si nos fijamos en los equipos, clubes, entrenadores más laureados, a lo largo de la historia, no ya solo en la élite, sino en las diversas categorías, estos suelen ser aquellos clubes, entidades o entrenadores que van consolidando un proyecto con calma y mesura a lo largo del tiempo, sin caer en la frustración por una derrota o una mala racha, permitiendo al mismo tiempo desarrollar el conocimiento y el talento de jugadores, entrenadores y miembros del cuadro técnico.

Solo cuando se obtiene una victoria se ha ganado uno el derecho a celebrarla y disfrutarla y, si solo es una victoria parcial, sabe que a partir del día siguiente tiene que volver a empezar, seguir trabajando a conciencia para preparar el próximo partido y así hasta llegar a conseguir el título deseado. Solo entonces podrá vender la piel de oso que tiene en su poder. Mientras tanto, seguirá existiendo mucha gente frustrada echándole la culpa a un entrenador o a un jugador, mientras los que tienen la capacidad de planificar seguirán avanzando en su camino, con los objetivos claros y con la voluntad necesaria afrontado los baches y reveses que se encuentren, siempre dispuestos a volver a empezar. 

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