Sociedad polarizada

LAS nuevas formas de comunicarnos desde la aparición de las redes sociales, en las que no solo la palabra ha perdido protagonismo, sino que incluso la imagen tiende a ser brevísima si se quiere algo de atención por parte del público, están polarizando a nuestra sociedad hasta niveles realmente tristes y preocupantes.

Pongamos de ejemplo el fútbol, en el que de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el formato del influencer, youtuber, tiktoker o creador de contenidos en redes entrevistando a un conocido jugador, en activo o retirado, en el que de manera muy rápida se le hacen preguntas cortas, solo nombrando a dos jugadores, en la que el entrevistado, rápidamente debe escoger el que considere mejor. A continuación se le compara el escogido con otro jugador y nuevamente debe escoger. El proceso se repite varias veces, pero teniendo en cuenta que el vídeo realizado no puede durar más de veinte segundos o incluso menos.

Aparentemente la gracia consiste en que gente de referencia y credibilidad, los jugadores profesionales, te explican con tan solo escoger a un jugador de las dos opciones posibles, quien ha sido o es el mejor futbolista. El formato es simpático, sobre todo cuando el entrevistado duda en la elección porque para él ambos tienen o han tenido un nivel similar. Luego, el público en general, sobre todo gente muy joven, se jacta de saber mucho de historia del fútbol y defiende jugadores o equipos con vehemencia, pero con nulo argumento, a lo sumo cita a tal o cual jugador que se decantó en una de esas entrevistas, por la misma opción que la suya.

El debate ha dejado de existir, la opinión con argumentos está fuera de la ecuación. Solo dos nombres dados y tú solo puedes escoger uno sin pensar. Por supuesto, cambiar mi opinión por algo que el que piensa lo contrario me ha explicado, no solo es imposible, sino que estas nuevas formas de comunicación se han encargado de aniquilar. Así se está acelerando un proceso de borreguismo estulto mental, en el que la simplificación de las respuestas favorece el control de las masas.

Cuando a una sociedad le roban la posibilidad de pensar, de discernir, de debatir y de modificar posicionamientos, le quitan lo que realmente nos diferencia del resto de los seres vivos. Si encima todo eso está envuelto con un aura de modernidad tecnológica el despertar social por lo realmente importante se me antoja casi imposible. Mientras tanto, en esta sociedad polarizada siempre ganan unos pocos, el resto vivimos muy felices y en estos días de zambomba en zambomba.