Manuel Ríos Ruiz

El lujo de comer a tientas y a ciegas

CATAVINO DE PAPEL

04 de enero 2010 - 01:00

DESDE la primera hora de este recién estrenado año dos mil diez se puede considerar que ya ha tenido lugar uno de sus hechos más singulares y que a su final posiblemente será destacado como curiosa efemérides. Tomen nota: Se trata de un periplo más en torno a un tema que está de moda: la gastronomía. Porque en pleno principio de la década, en el Paseo Picasso de Barcelona, se ha inaugurado el primer restaurante en España con camareros ciegos. Puede parecer que estamos de broma, pero es una evidencia contrastada. Resulta que ya existen restaurantes de tamaña clase en París, Londres y Moscú. Me informa de tan atractiva noticia mi compadre El Miscelánea, que vive en Chipiona, desde que se jubiló de Marcamadrid, y es un gastrónomo de tomo y lomo.

"Es un restaurante a oscuras, con un servicio formado por dieciséis personas ciegas, en el que se ofrecen menús sorpresa, menús que los comensales desconocen y no pueden ver, lo cual supone una exquisita experiencia. Este restaurante a oscuras y con camareros ciegos, quiere configurarse en lugar celebraciones, de fiestas populares y de citas a ciegas". Y El Miscelánea, entusiasmado con el asunto, sigue explicándome: "Además desean organizar debates e intercambio de recetas, porque el planteamiento es ofrecer comidas propias de todo el universo mundo, como suele decirse. Tanta es la esperanza de éxito de la empresa internacional que lo rige que confía en recibir a unos veinticinco mil clientes anuales. Y para conseguirlo el restaurante estará abierto día y noche todos los días de la semana".

Naturalmente, el barcelonés restaurante a oscuras y con camareros ciegos, en permanente guardia, pone de manifiesto que los gastrónomos son personas con grandes inquietudes y ávidas de descubrir sabores, aunque tengan que degustarlos sin conocer el aderezo de cada plato. ¿Y el funcionamiento como se desarrolla?, le preguntó a mi compadre de movistar a movistar. Enseguida me contesta: "Según tengo entendido, ya lo comprobaré cuando vaya por allí en primavera, durante la comida los camareros invidentes se convierten en guías del público en lo que ellos denominan un viaje directo a los más remotos y olvidados sentidos. Algo que se considera, por parte de la propiedad, un ejercicio de sensibilización hacia el colectivo de ciegos de todas las latitudes y razas".

Desde luego, los dueños de tan inusitado restaurante, han buscado todo tipo de razonamientos para justificar su negocio y atraer a los gastrónomos del país, porque muchos, como El Miscelánea, deben de estar deseosos de viajar a Barcelona y conocer el establecimiento y sus sorpresivos menús. Mi compadre termina su perorata con las siguientes palabras: "El restaurante también estará dedicado al vino y a los quesos, con catas a ciegas. Y un aspecto importante es que al no ver a los compañeros de mesa cambia la forma de actuar y reaccionar de cada quisque". ¿Un lujo? Que les aproveche, pues.

stats