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El asesinato del joven Samuel en La Coruña es la reedición de los linchamientos de negros en el sur de los Estados Unidos por el KKK, de los que tan estremecedores testimonios existen: "Los árboles del sur dan frutos extraños./ Sangre en las hojas y sangre en la raíz. / Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur./ Extraña fruta colgando de los álamos" cantaba Billie Holiday. Es la reedición de las palizas a los judíos en las calles de Berlín en la noche de los cristales rotos. Es la reedición de las palizas en las comisarías franquistas a los mariquitas.
Dicen los testigos presenciales que un energúmeno, creyendo que le estaba grabando cuando en realidad estaba hablando por el móvil junto a una amiga, le exigió que dejara de grabar. Le explicaron que solo estaban hablando y grabando dónde estaban para que la amiga con la que hablaban lo viera. El energúmeno le replicó: "O paras de grabar o te mato, maricón". Y empezó a pegarle. Quienes lo presenciaron lograron separarlos, pero el agresor volvió con otras 12 personas y se liaron a golpes con él -mientras uno de ellos le gritaba "maricón de mierda"- hasta dejarlo tan malherido que murió poco después.
Si la investigación policial confirma el relato de los testigos estamos no solo ante un hecho atroz, sino ante la manifestación de un mal antiguo que debería estar erradicado, de una forma de odio directamente emparentable con el racismo supremacista blanco o el racismo ario. Terrible sería que el joven Samuel hubiera muerto en una de las reyertas callejeras que por desgracia se multiplican. Pero la homofobia añade un componente que lo hace más horrendo. Porque trae al presente la violencia y humillaciones que los homosexuales han sufrido durante tantos siglos, incluido su exterminio programado por el nazismo: no se olvide que junto a los judíos y los gitanos fueron internados en campos de exterminio (recientemente la editorial Egales ha publicado Y Leo Klassen habló. Primer testimonio de un triángulo rosa, el relato autobiográfico más antiguo conocido -fue escrito entre 1954 y 1955- de un homosexual internado en los campos).
La normalización social y la despenalización legal de la homosexualidad ha sido una conquista tan importante como la igualdad de las mujeres o la supresión de las barreras legales y sociales racistas. No puede tolerarse ni un paso atrás en esta cuestión.
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Gracias, Errejón