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Mundo Ecuestre
Estimado Jorge, como buen ciudadano, recluido, he podido leer en el Diario de Jerez las iniciativas que la REAAE ha adoptado en homenaje al que fuera fundador de este maravilloso lugar donde se le rinde culto al animal más maravilloso la naturaleza: el caballo andaluz.
Con la mano puesta en el corazón te felicito, te doy la enhorabuena por tu maravillosa ejecutoria al frente de la Real Escuela; de hombres bien nacidos es el ser agradecidos. Tu forma de proceder es histórica; no te lo digo por lisonja, es que es realmente así. Reconocer en la figura emblemática de Don Álvaro Domecq Romero, su insuperable mérito de haber creado la Real Escuela te engrandece. Haces feliz en este reconocimiento a muchísimas personas que admiramos a Don Álvaro. Es ante todo un hombre bueno, indudablemente un caballero en toda la extensión de la palabra. Trabajador incansable, buen cristiano, un jinete de época cuya figura y relevancia se proyectará y se acrecentará por siglos.
Es fácil ser una buena persona, pero hay que serlo. Tener buen corazón. Ser humildes para hacer feliz al prójimo. La virtud de dar que termina en recibir. Llegaste a esta institución en absoluto desconocimiento de lo que era. Pero has tenido la sensibilidad y el buen gusto de potenciar sus valores humanos; todos estamos muy agradecidos por tu comportamiento. Ha sido una suerte que haya caído en tus manos las responsabilidad de guiar los destinos de la Real Escuela.
Y si me permites una licencia, querido director, incluye en el reconocimiento a su esposa, Doña Maribel Domecq Ybarra. Silenciosa y discreta señora que fue una excelente jinete y báculo del maestro; ella diseñó y escogió la música de los espectáculos, diseñó los trajes de los jinetes, en una palabra fue durante los duros años del comienzo de la Real Escuela la directora artística de la Real Escuela. Bien se merece un trocito de la gloria de su esposo.
En la nomina de gratitudes es inexcusable también insertar al Excmo. Sr. Don Álvaro Domecq Diez, Álvaro padre, que hombro con hombro, padre e hijo remando juntos, consiguieron consolidar la realidad que hoy es la institución. Seguro que el gran corazón del fundador se emocionará con su recuerdo. No tengo la menor duda.
Espero que Dios nos libre de este terrible castigo que está padeciendo la humanidad que no tiene precedentes, para personalmente estrechar tu mano y expresarte con mis palabras sinceras todo o que anteriormente he dicho.
Con mi respeto, admiración y felicitaciones, muchísimas gracias. Enhorabuena a todos y cada uno de los componentes de esa gran familia – incluyo los caballos como es natural – que se denomina Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
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