Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Tribuna Libre
Desde hace unas semanas sufrimos la mayor crisis sanitaria a la que nos hemos enfrentado en los últimos cien años, probablemente la mayor batalla sanitaria que nunca hemos tenido que librar como país, como sociedad y como sistema sanitario. Esta circunstancia nos pone a prueba a todos, individualmente y como sociedad. Cada uno de nosotros se ha visto obligado a decidir, de repente, que tipo de individuo quiere ser.
En ocasiones, únicamente cuando nos empujan a estos límites sabemos quienes somos en realidad y de qué somos capaces. Asistimos estos días a hechos emocionantes que nunca olvidaremos. Cada día millones de personas salen a sus balcones a reconocer el trabajo de unos profesionales que se están dejando la piel, literalmente. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado hacen sonar sus sirenas frente a las urgencias como agradecimiento a su esfuerzo y los profesionales salen de buena gana aún con su rostro destrozado por el cansancio y la tensión provocados por la realidad que enfrentan apenas a unos metros de esta escena. Vemos ciudadanos y empresas que han decidido cuidar a los profesionales sanitarios que llevan años cuidando de ellos y han decidido confeccionar mascarillas, material de protección, soluciones desinfectantes y, sobre todo, han decidido envolvernos con un cariño y un apoyo que sentimos cada día con más fuerza.
Esta batalla no sólo se libra en primera línea. No sólo se libra en los Hospitales, en los centros de salud, en los centros sanitarios. También se libra en cada hogar (#quedateencasa), en cada colegio, en cada parlamento, en internet y en los medios de comunicación. Estos últimos han sido catalogados como servicios esenciales, con buen criterio, para informar a la población y realizar una labor esencial. También ellos deben decidir que papel quieren jugar en esta crisis. El tiempo recordará aquellos que informaron verazmente, con seriedad, con datos contrastados, aquellos que decidieron apelar a la esencia de su creación y convertirse en herramienta indispensable de nuestra sociedad y aquellos otros que decidieron explotar la desinformación, el miedo y la crónica negra injustificada como modo de persistir o progresar. La presencia de estos últimos, su dejación de funciones nos ha hecho reflexionar sobre la necesidad de aclarar algunas cuestiones a nuestros ciudadanos.
El Área de Gestión Sanitaria de Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz ha establecido estrategias y planes de contención para cada momento epidemiológico. Se han tomado multitud de decisiones, en todos los ámbitos, en todas las Unidades. Se han realizado miles de consultas telefónicas (un reto también para los profesionales), se han adaptado nuevas plantas para la atención de los pacientes afectos, se han articulado medios innovadores para la información de los familiares, se han establecido protocolos que cambian con una rapidez inusitada, se han instalado nuevos “respiradores” en nuevas áreas para los pacientes críticos, se han asignado médicos de otras Unidades para la atención de estos pacientes, se han reforzado las Unidades más expuestas, se han establecido nuevos circuitos más seguros para el reparto de los medios de protección (a pesar de las dificultades globales para su obtención), se han implementado medidas para que el impacto en la atención de esta pandemia no afecte a las otras necesidades sanitarias de una población que sigue enfermando.
¿Todo se ha hecho bien? Sin duda, no. Habremos cometido errores. Tendremos que aprender de los mismos y nos harán estar más preparados para el futuro, no obstante, no podemos negar nuestra realidad. Nos sentimos obligados a compartir nuestra realidad. La situación de Andalucía es mejor que la de otras Comunidades Autónomas, la situación de la provincia de Cádiz es mejor que la de otras provincias andaluzas y en el Hospital de Jerez, nuestro hospital, el de todos, incluso el de los que hacen circular bulos sin fundamento, hay decenas de camas libres preparadas y dotadas con los profesionales que se precisen. La situación de la Unidad de Cuidados Intensivos es delicada, aunque aún disponemos de camas libres (y de planes para ampliarlas en caso necesario) y existe una motivación y una actitud encomiables de los profesionales que la atienden.
No hemos ganado la batalla, estamos librándola, en todos sitios, también en los despachos de nuestro Hospital en los que se toman las decisiones. Estamos luchando con trabajo, vosotros tenéis que luchar con confianza y esperanza. Saldremos de esta. Todos juntos
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