Orillera real

Línea de Fondo

El día que conversamos el rey y yo

31 de marzo 2025 - 06:14

TRABAJAR en la prensa deportiva me ha permitido conocer numerosos personajes que de otra manera hubiera sido imposible. Entrevistar a los Induráin, Senna, Mágico González, Kiko, Crivillé, Sito Pons, Sotomayor, Seve o Nieto entre otros, ha sido el gran tesoro que me ha regalado la profesión.

En el argot deportivo se suelen utilizar tópicos y palabras recurrentes, Reguera diría palabras concomitantes, para alabar al campeón. Una de ellas es la de comparar al deportista vencedor en cuestión o al equipo ganador con el término rey. Induráin V, rey del Tour, Crivillé reinó en Jerez, El Madrid rey de Europa y así podríamos seguir con multitud de titulares que históricamente han aparecido en los medios de este país. En ese sentido he sido un afortunado de poder haber tenido una relación más o menos cercana con muchos reyes del deporte.

El caso es que aquel 4 de mayo de 1997, Jerez acogía su Mundial. Un jovencísimo Valentino Rossi empezó en 125 su reinado en el motociclismo, pero por aquellas fechas los miles de moteros acudían al trazado jerezano para apoyar sobre todo a Álex Crivillé, la gran esperanza de la afición española para destronar al australiano Doohan. Onda Jerez y el programa Todo Motor me permitieron estar aquel día a pie de pista. Durante los entrenamientos de invierno había tenido la oportunidad de conocer a los pilotos españoles y habíamos creado el ambiente adecuado para que durante el desarrollo del Gran Premio, con tanta presencia de periodistas del mundo y tantos medios de renombre internacional, Onda Jerez fuera bien recibida por los pilotos y equipo españoles. De hecho recuerdo reportajes realizados en el Motorhome de Crivi, en el Box de Aspar o cuando estos acudían al plató de calle Caballeros.

El sábado, el rumor corrió como la pólvora por el padock, el rey vendría a ver las carreras. Por muchos reyes del deporte que hubiera entrevistado, el rey de España eran palabras mayores y yo, por mucho que fuera un periodista de pueblo, no iba a dejar la oportunidad de intentar entrevistarle. Aquí empieza a tomar sentido el título de este artículo, Orillera real. Soy Reguerista confeso, como también soy admirador del humor del Yuyu o Luis Lara. Hablar de Reguera es hablar de la carga gaditana en su máxima expresión y de ese momento en el que te la dan por derecho ¡Zas!

Allí estábamos mi compañero cámara y yo en el interior de la curva Nieto/Peluqui, grabando planos de la carrera de 500. De repente estacionó a unos pocos metros de distancia un monovolumen de la organización. Se abrieron las puertas y se apeó Juan Carlos I, entonces Rey de España, cuyos méritos le convertirían años después en emérito. El público se percató de tan noble espectador, al momento se mezclaron los vítores de los súbditos y los saludos del rey, quien agitaba grácilmente la mano de la gallorda, que diría Reguera.

En ese momento de éxtasis colectivo, que Onda Jerez estaba grabando para la posteridad, le pedí el micro a mi compañero, dispuesto a conseguir el que podría ser el testimonio más valioso de mi carrera profesional. El monarca, cruzó por un instante su mirada conmigo y me dijo con su campechana realeza -“¿Televisión española?” A lo que yo respondí, Onda Jerez. Al oír mi respuesta, al más puro estilo Reguera, sin perder la compostura y sin dejar de saludar al público, ¡Zas! Se dio la vuelta e hizo mutis por el foro. Orillera real.

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