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La psicología de Javi López

LÍNEA DE FONDO

Ha demostrado ser un trabajador nato, pero su capacidad para capear situaciones deja mucho que desear

10 de diciembre 2010 - 01:00

Definitivamente la psicología no es el fuerte de Javi López. En lo que llevamos de competición, el técnico catalán ha demostrado ser un trabajador nato, un hombre con métodos actualizados y consecuentes y que prepara a conciencia cada partido. Sin embargo, cada día que pasa demuestra que su capacidad para capear determinadas situaciones, psicológicamente hablando, no es la más idónea. Le ocurrió en el primer partido de Liga, cargándose de una tacada a hombres como Edu Moya, Chema y Gerard, culpándoles indirectamente de la derrota ante el Cartagena, y continuó hace unas semanas con Antoñito, un jugador peculiar, por supuesto, pero que de haberle dado su sitio ante el Betis en el Villamarín y con la motivación que eso le suponía, seguramente el sevillano estaría ahora más enchufado. Lo tuvo a huevo, porque venía de hacerle dos goles al Levante en Copa y estaba en el momento idóneo para recuperar su mejor versión, pero prefirió otra opción. La consecuencia, Antoñito sigue desconectado. Todos sabemos cómo es el Romario del Polígono.

Tampoco ha sido especialmente coherente con Barber, al que ahora defiende. (Tarde pero bien pues necesitaba el apoyo público de su entrenador). Pues en más de una ocasión le ha 'echado' a los leones con cambios en Chapín que podría haber evitado si hubiese tenido clara su filosofía de juego.

El último detalle lo propició ayer dejando fuera de la lista a José Vega y no es una cuestión de chovinismo. El jerezano, que ha sufrido Dios y ayuda esta temporada para poder estar disponible, venía de hacer un rato interesante ante la Ponferradina. Sus ganas pero sobre todo su velocidad por banda aportaron al equipo en el último partido una característica que con otros futbolistas no se había visto este año. Pese a ello se queda fuera asestando al bueno de José Vega otro varapalo. ¿La consecuencia? La veremos pero por descontado que anímicamente no será demasiado positivo.

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